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02 abril, 2017

Una idea integral e integradora




Esta semana he leído un excelente artículo en el blog de José Luis Méndez Romeu, en el que trata una serie de temas que preocupan desde hace tiempo a cuantas personas estamos inmersas en la vida musical de Galicia. Méndez Romeu, hombre de amplia y profunda visión, trata de forma integral los temas más importantes de la música clásica y la lírica en Galicia, con una seria visión de la situación actual y señalando posibles vías de mejora de la actividad. Tras releer varias veces este artículo y después de lo que he meditado desde hace tiempo sobre la vida musical de Galicia, me he decidido a ofrecer mis impresiones e ideas al respecto.


Conservatorio Superior de Música de Vigo

Conservatorios y orquestas
El primer tema tratado es la integración y coordinación de estructuras, como conservatorios y orquestas financiadas con dinero público. Esta integración permitiría una mejor rentabilización académica y artística de los esfuerzos de estudiantes y profesores. E incluyo aquí como profesores tanto a los de los conservatorios encargados de la formación estrictamente académica, como a tantos miembros de las orquestas públicas cuya vocación docente viene desde hace años trasvasando generosamente su saber a las siguientes generaciones de músicos.
Conservatorio Superior de Música de A Coruña

Éstos podrían colaborar con su buen hacer didáctico a la mejor profesionalización e inserción en el mercado laboral de los alumnos de conservatorios superiores. Ya lo vienen haciendo tanto a título particular como desde la Escuela de Altos Estudios orquestales de la RFG y desde la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia. Hacerlo desde los propios conservatorios conllevaría la “oficialización flexible” de una doble participación: la de alumnos de estos conservatorios en las escuelas y orquestas jóvenes de RFG y OSG y la de los profesores de éstas, otorgando algún tipo de puntuación académica a sus alumnos de los conservatorios.


Alumnos y personal del Conservatorio Superior de Vigo

Tengo aquí presente que la enseñanza oficial se rige por leyes y reglamentos. Pero también por una larga tradición que incluye un cierto corporativismo excluyente, tanto o más difícil de cambiar que esas leyes o reglamentos. La coordinación de la Xunta de Galicia –con plena competencia en ambos campos- debería servir, entre otras cosas, para salvar estos escollos con la asistencia necesaria de técnicos propios y/o ajenos.

Programación de las orquestas públicas
Me permito incidir especialmente en un punto que entiendo de gran importancia, como es la programación de las dos grandes orquestas gallegas, tanto en repertorio como en fechas. Esta viene separándose, incluso divergiendo desde hace ya algunos años de tal forma que se hace necesaria una mínima coordinación para elaborar una programación más colaborativa que competitiva.


OSG con Orquesta y Coro de Niños, Coro Joven y Coro de la OSG

En primer lugar, en la elección de obras a interpretar. No tiene demasiado sentido programar obras totalmente fuera del repertorio adecuado para los efectivos, trayectoria y personalidad sonora de cada formación. Y menos aún si para ello hay que encargar arreglos que sólo puedan desvirtuar la obra original y forzar el trabajo de los músicos.


RFG, Escolania de la Catedral de Santiago y Coro femenino ORCAM

En cuanto a las fechas de los conciertos, se impone también una mejor coordinación de éstas en los programas de abono, que permitiera mayor asistencia de aficionados de la ciudad en la que tiene su sede la otra orquesta, ahora cada vez más escasa. Y más, teniendo en cuenta que el desequilibrio en la presencia de cada una de ellas en la otra ciudad ha crecido hasta el punto de que la RFG ha estado ausente de A Coruña en las dos últimas temporadas de abono de la OSG. Tampoco se puede olvidar las necesidades del resto de cuidades de Galicia, apenas satisfechas actualmente por las visitas de la RFG y la OSG.

Hambre lírica crónica
Hace años, defendí que las iniciativas privadas de asociaciones veteranas como Amigos de la Ópera o las sociedades filarmónicas debían prevalecer sobre la iniciativa oficial, debiendo ser ésta subsidiaria de la privada. La realidad económica vino a quitarme, al menos, parte de la razón cuando hubo de suspenderse la Temporada Lírica de A Coruña. Ésta, edificada sobre los escombros del Festival Mozart y los restos –que ya apenas se tenían en pie económicamente- del Festival de Ópera de A Coruña, estuvo mal cimentada desde su origen.

Es necesario dejar atrás estériles polémicas y ráfagas de disparos periodísticos -prácticamente unidirecccionales y en gran medida nutridas por la munición de intereses personales- contra todo lo que se moviera. En cualquier caso, se impone satisfacer esta “hambre lírica crónica” que venimos padeciendo los aficionados de Galicia. La solución de este estado carencial bien puede pasar por la creación de una verdadera temporada lírica gallega que integrara la iniciativa de la sociedad civil –formada por las distintas asociaciones líricas gallegas- y la financiación y control públicos a lo largo y ancho de toda Galicia.


Il Trovatore en el Palacio de la Ópera de A Coruña (3-5 septiembre 2015)

Los presupuestos de los organismos públicos que financian las actividades musicales se calculan por años naturales; pero las temporadas empiezan tras el verano  para acabar hacia el final de la primavera. Por tanto, un aspecto muy importante a considerar es la necesidad de adaptación de plazos de previsión y ejecución de los desembolsos inherentes a una temporada lírica. Hay que programar con el respaldo de una financiación sólida, basada en presupuestos comprometidos en firme por las administraciones. Esto excluye hacerlo a base de modificativos de crédito, como los que fueron la causa última de los problemas económicos llevaron a la cancelación de la Temporada Lírica de A Coruña.

Leo Nucci y Kari Lynn Johnson con la OSG

Una temporada bien planificada habría de celebrarse en las principales ciudades del país, con la suficiente repetición de títulos en los escenarios más adecuados de cada una de ellas. Esto haría más rentable los esfuerzos necesarios para su consecución: en primer lugar, facilitaría la contratación de cantantes, ya que el número necesario de ensayos para una representación hace bien difícil lograr la presencia de los más grandes para sólo una o dos funciones. Al mismo tiempo, permitiría la posible creación y posterior comercialización de nuevas producciones propias, que debería ir unida a acuerdos de coproducción con otras sociedades o teatros.

La cámara, bien enfocada
La colaboración oficial con las distintas sociedades filarmónicas gallegas, al menos por parte de la RFG y la OSG, parece ir (en cualquier caso, debería hacerlo) por un camino que permita tanto la subsistencia económica de estas sociedades cívicas de tanta tradición y presencia en Galicia como una cierta autonomía en su dirección artística.


Logo de la Sociedad Filarmónica Ferrolana


Festival viene de fiesta
Y finalmente, podemos pensar en ese gran festival de verano que sugiere Méndez Romeu. En mi opinión, debería recuperar iniciativas que tanto y tan gran éxito tuvieron como, entre otros, el Festival Mozart -la mayor fiesta de la ópera clásica nunca celebrada en Galicia- o el Via Stellae, un festival ideado por José Víctor Carou que, nacido desde la música barroca, situó a Santiago entre las principales ciudades de Europa en ese campo, incluida alguna grabación de referencia, como la de la Misa en si menor de Bach por Marc Minkovski y Les Musiciens du Louvre Grenoble.



Algunas de sus ramificaciones, como la música en los claustros, podrían cubrir la presencia del festival en diferentes auditorios singulares durante los días laborables. En otro orden, su sección OFFstellae seguía una línea de diversidad llena de calidad- que cuadraría adecuadamente en la línea de diversificación señalada por Méndez Romeu.

Este festival debe caracterizarse de forma clara: tiene que ser planificado y
Portada del libro del primer Festival Mozart
ejecutado desde la excelencia como camino y meta; debe integrar otras músicas como el jazz, el folclore o la música moderna popular e incluir la presencia y fusión de otras artes escénicas o plásticas. Un festival así daría una excelente proyección exterior a toda la música gallega y a Galicia misma como destino de turismo cultural. 

Hay que aprender de la experiencia. En ese sentido, no debemos olvidar que el Festival Mozart -en sus primeras ediciones dirigidas por Antonio Moral y programando en fines de semana dos óperas y algunos excelentes conciertos-, atrajo aficionados de todas partes de España. Algo que, lógicamente, sólo se puede lograr con programas y artistas de verdadera calidad.

Cultura es vida
Una reflexión final. Los beneficios de la Cultura no son sólo espirituales sino también cuantificables económicamente. Las iniciativas mencionadas por Méndez Romeu, que arriba describo y desarrollo en la medida de mis posibilidades, podrían y -debidamente dirigidas y administradas- deberían ser una verdadera contribución al PIB de Galicia.

Escolares haciendo música

Pero todo esto es sólo la consecuencia de la verdadera Cultura; aquélla que impregna a toda la sociedad. Y ésta únicamente será posible si los ciudadanos tienen acceso a ella, en la medida de las posiblidades de conocimiento a cada edad, desde los primeros años de su vida. Y para eso es necesario que artes y humanidades, junto al estímulo y cultivo de los diferentes tipos de inteligencia, informen y vertebren el currículo escolar y colegial de principio a fin. Porque sólo así se construye una sociedad culta y, como dijo el gran Claudio Abbado, “La cultura engendra riqueza y no al revés”.







19 julio, 2016

La nueva programación lírica de A Coruña






En el Ayuntamiento de A coruña se ha presentado la programación de Amigos de la Ópera para 2016.  Escribo estas líneas muy a contracorriente y sólo porque considero un deber informar a mis lectores. Una vez más, como sucedió ya otras veces antes de la organización conjunta con el Consorcio para la Promoción de la Música, no he sido convocado a la correspondiente rueda de prensa.

Esta vez, dicen, porque la convocatoria la hacía el Ayuntamiento; otras anteriores, simplemente porque había desaparecido de la base de datos del servicio de prensa contratado por la direccción artística del antiguo Festival. A estas alturas de mi vida -y ya es altura, vive Dios-, no creo en la casualidad sino en la causalidad; y esto, en las dos acepciones del DLE. Y sería demasiada casualidad que en los cuatro últimos años no haya sido convocado de primera intención y sin tener que decir que estoy vivo y sigo dedicado a esto. Excepto, curiosamente, cuando el servicio de prensa -como prácticamente toda la organización de la Temporada Lírica- ha sido responsabilidad de la Orquesta Sinfónica de Galicia.

Parece que a algunos no les gusta la información basada en datos debidamente contrastados, pues prefieren la propagación de su mensaje por los amigos y afines. O sea, por quienes, en algunos medios, hacen de amplificador y altavoz de sus campañas o incluso, en las representaciones programadas, forman parte de esa claque tan evidente como no reconocida. 

Lo primero a destacar es ¡por fin! la coordinación de su celebración con el año natural por el que se rigen los presupuestos de las administraciones. Algo que, como escribí en su momento [1], se revelaba imprescindible para salir del error  de programar alegremente sin tener la seguridad de la financiación (siempre mayoritaria, por supuesto) por parte de las instituciones locales, provinciales, autonómicas y estatales. Algo que, en definitiva, causó la suspensión de la Temporada Lírica organizada conjuntamente por Amigos de la Ópera y el Consorcio para la Promoción de la Música.

En cuanto a la programación propiamente dicha, la parte más destacable es la celebración de una ópera semi-representada (Falstaff, de Verdi), y otra en concierto (Il barbiere di Siviglia). El reparto de esta última tiene fuerte presencia de jóvenes cantantes locales, incluido su protagonista, Borja Quiza. La programación se inicia el día 28 de agosto, con un recital a cargo de Gregory Kunde, tenor, y Marianne Cornetti, mezzo, protagonistas del Falstaff verdiano, acompañados por José Ramón Martín al piano. La clausura de esta programación tendrá lugar el 9 de diciembre con una gala lírica en la que el barítono Leo Nucci interpretará, según lo publicado por Amigos de la Ópera, “arias, dúos y escenas de ópera”, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigida por José Miguel Pérez Sierra.

Entre inauguración y clausura, las óperas arriba citadas; un recital de Celso Albelo conmemorando sus 10 años en A Coruña -cuando literalmente salvó un concierto para el que había sido anunciado casi como mero acompañante de Stefania Bonfadelli- y recibió por ello  el justo aplauso y reconocimiento [2]; el tercer Curso de Interpretación Vocal de Alberto Zedda, con su correspondiente concierto de clausura; el ciclo Nosos intérpretes; el ciclo As novas voces galegas; un nuevo ciclo llamado Lírica inclusiva, que celebrará dos conciertos para quienes no suelen poder disfrutar de la lírica, y las habituales actividades paralelas como conferencias, proyecciones, etc.






[1] Está claro que el modelo de financiación de la Temporada Lírica –a base de modificativos de crédito- no ha funcionado. Se hace imprescindible una mínima armonización en el tiempo de los presupuestos anuales de las instituciones políticas y los de una temporada que bien puede pasar a concebirse por años naturales”. (Publicado en El dedo y la Luna [ossia Lacasa y las causas] Líneas Adicionales, 10.02.2016)

[2] “...quien tuvo que llevar el peso del recital fue Celso Albelo. Una voz sólo con la potencia suficiente, pero con una buena proyección que la lleva al último rincón del Palacio de la Ópera; una colocación más que correcta; un timbre algo áspero al principio, pero que se fue redondeando a lo largo de la noche; un buen fiato; una afinación impecable y una vocalización muy clara, todo al servicio del canto. Sólo eso, pero también nada menos que todo eso. Por eso, arrancó la primera ovación fuerte y las más largas de la noche, como la que obtuvo tras 'Ah, mes amis': el truco no consiste en llegar bien, ni aun brillantemente, a sus repetidos do de pecho, sino en cantar y que el júbilo expresado nos lleve a ellos. Y es así como yo se los oí a Albelo. También es posible que sus cualidades brillaran más sobre la oscura actuación de Bonfadelli; pero ¿saben?, sin luz no se brilla en la noche, por poca luna que haya”. (Publicado en Las cosas del ‘jet lag’, Mundo Clásico, 07.09.2006)

10 febrero, 2016

El dedo y la Luna (ossia, Lacasa y las causas)






Palacio de la Ópera A Coruña

Como en el viejo dicho, ha vuelto a pasar: cuando alguien señala la Luna con el dedo siempre habrá quien solo vea el dedo en vez de mirar el astro. Unas  veces, porque hay quien no es capaz de ver más allá de lo cercano y aparente. Otras, porque hay quien desvía, precisamente hacia el dedo, la atención de los que miran; tal vez porque no le interese que los demás vean la Luna. Y es que ésta oculta, con el hechizo de su brillo y el amable aspecto de carita gordinflona, la total ausencia de una atmósfera y la tremenda aridez de su superficie llena de cráteres.

Andrés Lacasa -gerente del Consorcio para la Promoción de la Música- decidió a primeros de enero la cancelación de la Temporada Lírica de A Coruña, que organizaba el Consorcio con la dirección artística de Amigos de la Ópera. A partir de ese momento, se convirtió en el dedo al que muchos miraron -algunos por desconocimiento de la estructura y responsabilidades dentro del Consorcio y otros por ver dañados su interés o sus intereses de diferente grado por la ópera-. No vieron la luna señalada: una Temporada Lírica que ha programado grandes títulos –con protagonistas de primera fila y repartos a veces algo irregulares-, algunos recitales y conciertos realmente interesantes y otros basados solo en el reclamo de figuras de relumbrón. 

La decisión adoptada por el Consorcio era seguramente la única posible dadas las circunstancias porque, como declaraba el propio Lacasa en la entrevista publicada en El País y se explica en el siguiente párrafo, ha estado mal planteada de origen desde el punto de vista administrativo y financiero con la aquiescencia -y esto es lo grave- de unas administraciones que han detraído fondos o se han echado atrás en cuanto han tenido que dar la cara con algo más que palabras.


Ayuntamiento de A Coruña

Los acontecimientos relativos a la música culta que se han sucedido desde el pasado verano a estas fechas de Carnaval en A Coruña han demostrado el escaso interés real que la Cultura tiene para los políticos. Durante el mes de agosto, el Concello de A Coruña emitió un modificativo de crédito por el que detrajo del Consorcio para la Promoción de la Música 600.000 euros, que destinó a la contratación de espectáculos para las Fiestas de María Pita. El pasado 2015 acabó sin que la Diputación Provincial hubiera pagado al Consorcio 450.000 euros de los 900.000 comprometidos en dos convenios destinados a financiar la Temporada Lírica.

Ante estas circunstancias, el gerente del Consorcio, Andrés Lacasa, tomó en enero la decisión arriba citada: cancelar la venta de las entradas para la Temporada Lírica en una comunicación a Amigos de la Ópera que fue hecha pública por esta asociación en una nota del 9 de enero enviada “a todos los medios”. De esta noticia también dio cuenta, ese mismo día, la web de El País.

Otros periódicos reprodujeron la nota de Amigos de la Ópera y a partir de ese momento se desencadenó la publicación en la prensa diaria y especializada de toda una serie de análisis -alguno sin ningún dato pero lleno de juicios de valor-, entrevistas y noticias, algunas de ellas bastante entreveradas de opinión. También hubo un manifiesto de cantantes gallegos y nacionales que desembocó en la organización de un Concerto pola lírica de más de tres horas de duración, celebrado el miércoles 3 de febrero, que agotó las localidades del Teatro Rosalía Castro. En él, además de la actuación de alrededor de más de una veintena  de cantantes gallegos y de otros puntos de España, se reprodujeron grabaciones y vídeos de solidaridad de una serie de grandes cantantes nacionales e internacionales.

Es evidente que los recursos propios de Amigos de la Ópera no le permiten ni siquiera organizar un festival, tal como  que venía haciendo hasta la creación de la Temporada Lírica. Si el antiguo Festival de Ópera de A Coruña aumentó el número de actividades a partir del cambio de directiva de hace alrededor de una década fue precisamente por el más que sustancial aumento de presupuesto por la aportación de fondos públicos. Su labor de mera planificación artística de la Temporada Lírica -que ha ido creciendo en calidad en en estos últimos años gracias a la aportación de fondos de las Instituciones- debe estar, sin embargo, encuadrada en el realismo de una financiación posible y estable.

A todo esto -y con los presupuestos del Concello sin aprobar-, se conoce que el borrador de las estas cuentas anuales redactado por la Marea Atlántica para el concello de A Coruña prevé un monto de 3.700.000 euros para el Consorcio. Esto supondría un incremento de 500.000 sobre el presupuesto del año pasado, que parece querer enjugar en parte los 600.000 detraídos para las fiestas de agosto. La aprobación de este presupuesto está pendiente de negociación con el PSOE, partido que, en la persona de Valentín González, preside la Diputación Provincial. 



Diputación de A Coruña y monumento a Curros Enríquez

La vicepresidenta de ésta, Goretti Sanmartín, no acudió “por problemas de agenda” a una cita del 26 de enero a la que se había convocado a representantes de Amigos de la Ópera, Concello, Diputación y Xunta de Galicia. La Diputación ha manifestado la intención de recortar los fondos previstos para 2016 en aproximadamente un 50% sobre los que en su momento se presupuestaron para 2015, de los que, como arriba queda dicho, aún falta por abonar la mitad. Todo ello, supeditado a que el programa tenga una “garantía de continuidad gracias a un acuerdo equilibrado entre las partes”.

Es urgente que las instituciones acuerden un proyecto integral de música culta a medio y largo plazo. Esta mañana he escuchado en Radio Coruña (Cadena SER) la noticia de que el Ayuntamiento de A Coruña ha convocado una reunión de las partes implicadas en la Temporada lírica. Ayer domingo, mientras redactaba estas líneas, vi reproducido en una red social un suelto de prensa según el cual el presidente de la Xunta manifiesta -en carta a la presidenta de Amigos de la Ópera fechada el 4 de febrero- su compromiso con la Temporada Lírica que “se concretará de acuerdo con las aportaciones del resto de las Administraciones implicadas”.


Xunta de Galicia, Edificios administrativos de San Caetano
(Santiago de Compostela)

Esto parece estar en el buen camino; si se lleva a cabo, naturalmente. Porque la realización de algo tan complejo y delicado como una temporada lírica no puede depender de que los representantes de las Administraciones esperen el envite de los demás para llevarse la mano. Esto no es una carrera ciclista de velocidad en velódromo, con una primera parte muy lenta, en la que los corredores llegan incluso a detenerse para superar finalmente al contrario lanzando el esprint en las condiciones más ventajosas para el que espera. Aquí no se trata de ver quien arranca el último para llevarse esa medalla tan del gusto de los políticos. Se trata de respeto a la Cultura y a la ciudadanía.

Está claro que el modelo de financiación de la Temporada Lírica –a base de modificativos de crédito- no ha funcionado. Se hace imprescindible una mínima armonización en el tiempo de los presupuestos anuales de las instituciones políticas y los de una temporada que bien puede pasar a concebirse por años naturales. Pero también es necesario un compromiso de las instituciones con la música culta y para ello se impone replantear la estructura del Consorcio para la Promoción de la Música.

Quizás sería aventurado pedir algo que se asemejara al Consorcio de Santiago, dados sus diferentes fines por historia y patrimonio arquitectónico. Pero es urgente que las instituciones, en los  cuatro niveles de la Administración del Estado, acuerden un proyecto integral de música culta a medio y largo plazo que permita armonizar cuantitativa y cronológicamente la realización en este campo de una verdadera política cultural digna de tal nombre. Y eso solo se puede lograr integrando la cultura -desde la popular a la más cultivada- a todos los niveles administrativos y ejecutivos. En pleno siglo XXI, esta diferenciación de culturas, su segregación por capas de diferente altura, no es justificable ni tiene más sentido que el deseo de una falsa diferenciación de ideales políticos en función de intereses partidistas y electorales.

16 enero, 2016

Mi gozo en un pozo...





El pasado fin de semana, muchos aficionados aún saboreaban el buen gusto que había dejado en su memoria el Concierto de Reyes de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Su soberbia interpretación de la Sexta de Mahler, dirigida por Dima Slobodeniouk fue un gran regalo de Reyes. A mediodía del sábado, Amigos de la Ópera de A Coruña enviaba “a todos los medios” una nota que cualquier aficionado a la lírica podría sentir como un torpedo bajo la línea de flotación.


Logo de Amigos de la Ópera de A Coruña


Su primer párrafo decía literalmente: “La Sinfónica de Galicia a través de su gerente, Andrés Lacasa, ha comunicado a Amigos de la Ópera la suspensión de la venta de abonos y localidades para los espectáculos de la Temporada Lírica que deberían celebrarse a partir de febrero.  En la práctica, esta decisión supone la cancelación de la Temporada Lírica de A Coruña 15/16, cuando hasta ahora solo se había celebrado un tercio de su programación prevista”. La única ópera que se salvaba era la Parténope de Haendel, si bien trasladada del Palacio de la Ópera de A Coruña al Auditorio de Ferrol donde se celebraría el viernes 15.

Como arriba queda dicho, fue un duro golpe para los operófilos gallegos que quedó reflejado en El País la tarde del mismo sábado y del que la prensa ha ido dando cuenta los siguientes días. Por si fuera poco, el martes 12 llegó la noticia que terminaba de arrasar con las esperanzas de la afición. Según una nota de prensa enviada por la OSG “Philippe Jaroussky ha decido suspender su participación en toda la gira de Il Pomo d’Oro por un problema familiar grave”.

Phillipe Jaroussky

Grave -y de fuerza mayor- es el fallecimiento del padre del contratenor francés y es absolutamente comprensible la cancelación de la gira por parte de este. Los desgarros personales de artistas teniendo que actuar siguiendo el viejo lema “El espectáculo debe continuar” pueden quedar atrás, sobre todo cuando es posible sustituirlos en pocas horas. Esta posibilidad se ha dado en este caso, con la sustitución de Jaroussky por el contratenor estadounidense Lawrence Zazzo, que cantará el papel de Arsace en el Baluarte de Pamplona.


Los responsables últimos

Una semana después, las administraciones responsables de la financiación de la Temporada Lírica -Ayuntamiento y Diputación de A Coruña y Xunta de Galicia- aún no han comprometido formalmente los fondos necesarios para esta. Se puede comprender al gún desfase dado que los presupuestos de las instituciones (anuales) y la contratación (las agendas para la contratación de los grandes cantantes de ópera se cierran normalmente a dos años vista como mínimo) tengan diferentes tempos

Pero lo que no es de recibo, bajo ningún concepto, es que diferencias  partidistas e intereses electorales prevalezcan sobre el interés de la ciudadanía en la Cultura. No se puede esperar a que la posibilidad de repetir las Elecciones Generales esta primavera colapse todo tipo de decisiones que tenían que haberse tomado hace meses; es urgente la solución de este problema. Si esta no llega pronto habrá que pensar que los políticos responsables solo utilizan la Cultura (o las Culturas, que tanto me da) para subirse a ella(s) como un podio desde donde lucirse para captar votos y que esos intereses son para ellos superiores a las necesidades culturales de la población.


A fecha de hoy y a la vista de la ausencia de la más mínima alusión a ella durante los debates de la pasada e interminable campaña electoral, parece deducirse que el interés por ella es entre mínimo y nulo. Desearía que los hechos me desmintieran; no tendría ningún empacho en reconocerlo. De hecho, nada me alegraría más; pero a la vista de lo poco y mal que se han pronunciado las administraciones, dudo mucho de que llegue a producirse.

27 junio, 2015

Magia, filtros y filtraciones




Hay críticas que salen solas y otras que se resisten y tardan en nacer. Que son como un parto distócico. Y no porque no se tenga una idea clara de lo que se ha visto y escuchado. El problema a veces es cómo analizar un evento que rozó en numerosas ocasiones el desastre, pero haciéndolo con el respeto que me merece todo el que se sube a un escenario; quien se deja el alma durante semanas creando una dramaturgia o quien baja a un foso operístico con la labor, a veces rayana con lo imposible, de coordinar y concertar a músicos ¡y cantantes!

Aunque el párrafo anterior resume bastante bien mi opinión sobre la representación del viernes, paso a analizar algunos de sus aspectos más destacables.

Magia...
No sobró precisamente este elemento en La flauta mágica del viernes en A Coruña. Quienes me leéis hace tiempo sabéis que concibo la ópera como teatro (sustantivo) cantado (calificativo), no como canto representado. Y precisamente el teatro, junto con la actuación de algunos de los cantantes, fue de lo poco que se puede salvar de la función. En este aspecto, la producción de Els Comediants para el Gran Teatre del Liceu y el Festival Mozart -vieja conocida desde su estreno en el Palacio de la Ópera de A Coruña- sigue aportando frescura. Por su parte, la dirección escénica de Joan Font dio las notas más adecuadas  a cada momento del libreto de Schikaneder, con el apoyo de su ayudante de dirección y coreógrafa, Montse Colomé.

Francisco Corujo. Foto, Miguel Ángel Fernández

El aspecto vocal fue, de largo, el menos acertado. Destacó para bien Francisco Corujo, con un Tamino bien templado vocal y teatralmente. Timbre agradable aunque no excesivamente rico, buena potencia y excelente proyección fueron base del mejor canto de toda la noche. También por encima de la pobre media del reparto -aunque por debajo de Corujo- estuvo Borja Quiza, más adaptado a la escena lírica que en otras ocasiones.

El papel de Papageno -que en la mejor tradición del teatro clásico español sería la figura del ‘gracioso’- se adapta bastante bien a sus características dramáticas y vocales. Su actuación fue vocalmente correcta -si dejamos a salvo alguna de sus personales y habituales brusquedades- y un tanto histriónica en el aspecto dramático; algo que, curiosamente, fue de agradecer pues despertaba la atención, algo dormida en medio de tanta y tan mediocre vocalidad.

Mariola Cantarero tuvo una actuación irregular: su voz tiene un timbre agradable, pero está lastrada por una emisión muy nasal. En su último solo mejoró la percepción del público por el recurso, algo excesivo seguramente, de unos filados realmente meritorios que redondearon no poco su voz.

Como siempre hay que hacer con quien hace un una sustitución de última hora, a Helena Orcoyen hay que agradecerle su disposición. Porque llegó el día anterior al
Helena Orcoyen. Foto, Miguel Ángel Fernández
ensayo pregeneral, con el tiempo justo para aprender sus (escasos) movimientos en escena y su melólogo en castellano. Pero también es cierto que en su actuación como Reina de la Noche demostró que no es lo mismo saberse un papel que ‘tenerlo’. Destaca Arturo Reverter en sus notas al programa que el de Reina de la Noche “es un papel que exige un cumplido virtuosismo y una voz con cuerpo .../... lo que más tarde se entendió como soprano dramática de agilidad”. Baste decir que el viernes, por las causas que fueran, a su voz le faltaron cuerpo y agilidad.

Al Sarastro de David Sánchez le faltó profundidad en el registro grave. Teatralmente hablando, tuvo más hieratismo que la majestad que se le supone al personaje. De los comprimarios, destacó la actuación de Pablo Carballido por voz y buen hacer escénico. Su entrada en escena para el dúo de sacerdotes y el siguiente mutis fueron perfectos por su forma de rodar y por su ritmo. Aunque tal como fue la función en su aspecto vocal cualquiera puede comprender el apresuramiento de su compañero de escena.

Patricia Rodríguez Rico compuso una graciosa Papagena llena de la mejor picardía. El Monostatos de José Manuel Zapata se resintió del mal momento vocal de su intérprete; y del físico: en anteriores representaciones, este guardián del templo trepaba por la red. Las tres damas de la Reina de la Noche actuaron con agradable voz, escaso empaste y casi nulo ajuste. Los tres niños, María Lueiro, Nuria Lemos y Alberto Miguélez-Rouco, cumplieron su cometido. 


Escena final. Foto, Miguel Ángel Fernández
Desde el punto de vista musical, Josep Pons lidió lo mejor que pudo con lo que podríamos llamar las ‘diferentes personalidades métricas y rítmicas’ de algunos de los cantantes, a los que no hubo forma de meter en vereda, con los consiguientes desajustes en entradas yfinales de frase. La Orquesta Sinfónica de Galicia tuvo su buen sonido mozartiano habitual y el Coro de la Sinfónica de Galicia mostró la solidez de su línea ascendente, con perfecta afinación y una gran precisión rítmica. Espléndidas las voces masculinas, por timbre y potencia.

...filtros...
Relataba el maestro Pons en la presentación de la ópera a la prensa una anécdota -no comprobada, como casi todas-. Se dice que Mozart recibía en su lecho de muerte noticia de cada función de La flauta mágica. Por la hora en que llegaba el emisario desde el teatro calculaba el autor el éxito de la representación: cuanto más tarde, más aplausos y más ‘morcillas’ había habido. En el texto en castellano (no he logrado ver quién es la traducción) ha faltado la adaptación a la actualidad local que tenían los diálogos hablados en el singspiel original. Han sobrado filtros y faltado chispa propia.

Sólo se pudo apreciar en este sentido la mención al “Albariño”, morcilla fija ya esde la primera representación de esta producción allá por 2001. Quiza añadió ‘Y de Cambados’, pero faltó una alusión -al menos al Mencía entre los muchos buenos tintos gallegos- cuando Papageno bebe largamente de una interminable copa de tinto. El señor Font, en su próximo viaje por A Coruña,  podrá tener ocasión de aumentar su conocimiento de la insuficientemente conocida vitivinicultura gallega.

...y filtraciones
Parece que vuelve la falta de ética que implica la -llamémosle amalgama- de actividades de organización con la crítica e información. Parece que vuelve –si es que alguna vez se fue- la mala praxis. Y mala praxis es, por ejemplo- filtrar fechas y programas de la próxima temporada sin haber convocado siquiera a los medios a una rueda de prensa.

Rueda de prensa que carecerá del mínimo interés para los medios especializados una vez pisada la noticia. Y más, cuando a lo largo de la temporada –como sucedió en ésta que acaba- se van cayendo del cartel repartos enteros, nombre a nombre. O cuando se cambian fechas, como fue el caso de esta Flauta mágica, prevista en principio para los pasados viernes 19 y domingo 21. 

Para qué asistir y contarlo: ya nos iremos enterando de rectificaciones, cancelaciones y sustituciones.