29 marzo, 2022

Como pez en el agua


A Coruña, Teatro Rosalía Castro, 18 de marzo.  Eva contra Eva. Adaptación y dramaturgia, Pau Miró. Basado en el  filme All About Eve (en España, Eva al desnudo) de Joseph Mankiewicz (1950). Dirección, Sílvia Munt. Reparto: Ana Belén (Eva), Mel Salvatierra (Eva joven), Javier Albalá (dramaturgo y amante de Eva mayor), Manuel Morón (el crítico teatral - el policía) y Ana Goya (la representante). Escenografía, Enric Planas. Iluminación, David Bofarull. Vestuario, Miriam Compte. Realización vestuario, Nídia Tusal. Sonido, Jordi Bonet. Diseño y realización de vídeo, Daniel Lacasa. Caracterización, Chema Noci. Piano, Jaume Vilaseca. Jefe técnico y técnico en función: Pedro Pablo Pérez (Trasescena). Técnico de luces, Víctor Cadenas. Técnico maquinista, Juan Duarte. Ayudante de dirección, Matilda Espluga “Tilda”. Ayudante de vestuario, Monica Teijeiro. Diseño técnico de vídeo, Martín Elena. Dirección técnica, Pedro Pablo Perez (Trasescena). Gerencia y regiduría, Ruth Alonso (Trasescena). Confección de vestuario: Sastreria Pretaporter. Construcción de escenografía, Taller d’Escenografia Jorba Miró. Fotografía, Javier Naval. Producción: Bitò. Producción ejecutiva, Macarena García. Dirección de producción, Josep Domènech. Jefa de producción, Clàudia Flores. Comunicacción y distribución, Bitò.

 


Basada en el filme de Mankiewicz, Eva contra Eva es, como aquel, una mirada introspectiva al mundo del teatro, que explora a través del retrato de algunos de sus habitantes. Pero también una estructura totalmente ortodoxa y muy bien construida para lograr el gran éxito de público que ha obtenido la obra. Y aquí llegan las preguntas: ¿Lo llamamos teatro comercial? ¿Tiene razón de ser el teatro comercial? ¿El teatro comercial es buen teatro? Y las respuestas: Sí. Sí y Depende de cada caso. Repuestas que en el caso de Eva contra Eva son un triple Sí con mayúsculas.

Eva contra Eva está escrita para tener éxito de público, pero ni el más exigente crítico encontraría una rendija, una grieta en la introducir una cuña con la que destruirla. Es una especie de ecosistema cerrado y autosuficiente; como un gran acuario en el que los ejemplares de las diferentes especies que lo habitan están perfectamente jerarquizados. Un escenario, al fin, en el que todo gira alrededor de la protagonista, Ana Belén. 

 


La actriz madrileña está totalmente impecable tanto en gestualidad facial y corporal como en su lectura del texto, aunque en este aspecto se echa algo de menos una mejor proyección de la voz. Encarna de manera totalmente creíble a la Eva mayor: una veterana actriz que se niega a aceptar un papel de actriz en decadencia; un papel en el que Eva se ve reflejada como desde otro punto de vista, tal como se ven las escenas de la obra en las dos grandes pantallas (espejos de su camerino) que dominan en todo momento la escena.

Un temor pánico que el personaje combate -o del que intenta alejarse- con la bebida, lo que nos llevará a las escenas más simbólicas y un tanto inextricables de toda la función. Las únicas escenas que se salen de la linealidad narrativa de todo el texto de Pau Miró y que reflejan un accidente de tráfico provocado por el alcohol, en el que se integran los personajes de ambas Evas de forma  tal vez algo forzada para la estructura total de la obra.

En cuanto al resto del reparto, espléndida Ana Goya como representante entregada de toda la vida a la Eva veterana pero con el buen olfato a la busca de un futuro que para ella ya es presente en el personaje de Eva joven. Mel Salvatierra la interpreta muy bien, dándole un carácter propio de quien llega y tiene toda el hambre de triunfo.

Tanta que no le importa arramplar con la vida profesional y sentimental de la veterana, basada en el apoyo del dramaturgo de cabecera y amante interpretado por Javier Albalá; impecable el actor mostrando la evolución de su personaje a lo largo de la función.

 




Manuel Morón tiene dos personajes, que afronta con desigual acierto, Está espléndido como crítico lleno de cinismo, capaz de casi cualquier acción, por falta de ética que sea, con tal de lograr su titular, su entrevista, su lucimiento personal. Algo menos claro en su personaje de policía interrogando a la Eva mayor en su habitación del hospital sobre el accidente de tráfico; pero en honor a la verdad hay que decir que escena y personaje están escritos y desarrollados de forma un tanto difusa.




 En la dirección de Silvia Munt, todo funciona; caracteres y movimientos fluyen muy espontáneamente y, como un buen arbitraje en el fútbol, es tan eficiente y natural que ni se nota. Algo a lo que contribuyen más que notablemente los aspectos técnicos, como la escenografía de Enric Planas, la iluminación de David Bofarull, el vestuario de Miriam Compte, el sonido, de Jordi Bonet, el vídeo de Daniel Lacasa, la caracterización de Chema Noci y el piano de Jaume Vilaseca.