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16 enero, 2016

Mi gozo en un pozo...





El pasado fin de semana, muchos aficionados aún saboreaban el buen gusto que había dejado en su memoria el Concierto de Reyes de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Su soberbia interpretación de la Sexta de Mahler, dirigida por Dima Slobodeniouk fue un gran regalo de Reyes. A mediodía del sábado, Amigos de la Ópera de A Coruña enviaba “a todos los medios” una nota que cualquier aficionado a la lírica podría sentir como un torpedo bajo la línea de flotación.


Logo de Amigos de la Ópera de A Coruña


Su primer párrafo decía literalmente: “La Sinfónica de Galicia a través de su gerente, Andrés Lacasa, ha comunicado a Amigos de la Ópera la suspensión de la venta de abonos y localidades para los espectáculos de la Temporada Lírica que deberían celebrarse a partir de febrero.  En la práctica, esta decisión supone la cancelación de la Temporada Lírica de A Coruña 15/16, cuando hasta ahora solo se había celebrado un tercio de su programación prevista”. La única ópera que se salvaba era la Parténope de Haendel, si bien trasladada del Palacio de la Ópera de A Coruña al Auditorio de Ferrol donde se celebraría el viernes 15.

Como arriba queda dicho, fue un duro golpe para los operófilos gallegos que quedó reflejado en El País la tarde del mismo sábado y del que la prensa ha ido dando cuenta los siguientes días. Por si fuera poco, el martes 12 llegó la noticia que terminaba de arrasar con las esperanzas de la afición. Según una nota de prensa enviada por la OSG “Philippe Jaroussky ha decido suspender su participación en toda la gira de Il Pomo d’Oro por un problema familiar grave”.

Phillipe Jaroussky

Grave -y de fuerza mayor- es el fallecimiento del padre del contratenor francés y es absolutamente comprensible la cancelación de la gira por parte de este. Los desgarros personales de artistas teniendo que actuar siguiendo el viejo lema “El espectáculo debe continuar” pueden quedar atrás, sobre todo cuando es posible sustituirlos en pocas horas. Esta posibilidad se ha dado en este caso, con la sustitución de Jaroussky por el contratenor estadounidense Lawrence Zazzo, que cantará el papel de Arsace en el Baluarte de Pamplona.


Los responsables últimos

Una semana después, las administraciones responsables de la financiación de la Temporada Lírica -Ayuntamiento y Diputación de A Coruña y Xunta de Galicia- aún no han comprometido formalmente los fondos necesarios para esta. Se puede comprender al gún desfase dado que los presupuestos de las instituciones (anuales) y la contratación (las agendas para la contratación de los grandes cantantes de ópera se cierran normalmente a dos años vista como mínimo) tengan diferentes tempos

Pero lo que no es de recibo, bajo ningún concepto, es que diferencias  partidistas e intereses electorales prevalezcan sobre el interés de la ciudadanía en la Cultura. No se puede esperar a que la posibilidad de repetir las Elecciones Generales esta primavera colapse todo tipo de decisiones que tenían que haberse tomado hace meses; es urgente la solución de este problema. Si esta no llega pronto habrá que pensar que los políticos responsables solo utilizan la Cultura (o las Culturas, que tanto me da) para subirse a ella(s) como un podio desde donde lucirse para captar votos y que esos intereses son para ellos superiores a las necesidades culturales de la población.


A fecha de hoy y a la vista de la ausencia de la más mínima alusión a ella durante los debates de la pasada e interminable campaña electoral, parece deducirse que el interés por ella es entre mínimo y nulo. Desearía que los hechos me desmintieran; no tendría ningún empacho en reconocerlo. De hecho, nada me alegraría más; pero a la vista de lo poco y mal que se han pronunciado las administraciones, dudo mucho de que llegue a producirse.

21 octubre, 2015

Mejor en su sitio





Es asombroso cómo cambia la percepción de un acto según las circunstancias en que se desarrolle. Los conciertos matinales, especialmente los que se celebran en domingo tienen un sabor especial. Descansados ya de las actividades de la semana, los espectadores se enfrentan a la música con un ánimo más relajado, más receptivo. El público que asistió en el Museo de Belas Artes da Coruña al concierto celebrado el domingo 18 por Adrián Linares Reyes, violín barroco, y Manuel Vilas, con su arpa de dos órdenes, tuvo la oportunidad de sentir ese gozo tan luminoso y diferente de las matinés dominicales.

La disposición del escenario con una mesita recubierta por un tapete de seda y dos copas con agua para servicio de los músicos- revelaba el cuidado del detalle que habría de presidir el acto. La pena fue no haberlo podido celebrar -como se hace algún tiempo en tantos otros museos-  en las salas dedicadas a la pintura de la época. Una actividad como ésta se enriquece enormemente con el “objetivo gran angular”, el valor adicional que le añade un tratamiento multidisciplinar.


Sala del Museo de Belas Artes da Coruña

Lástima que la rutina se imponga tantas veces sobre la inquietud; el Museo de Belas Artes tiene personal con sobrada preparación para preparar éste y otros posibles conciertos en esa dirección. Esperemos que así pueda hacerse en agunos futuros conciertos y podamos disfrutarlos con mayor profundidad y en el lugar que cronológicamente les corresponde.

Luz de domingo
Tal vez las matinés sean tan especiales por algo tan sencillo como el diferente aspecto que presenta la ciudad al verla iluminada por una luz de diferente potencia y ángulo. Luminoso, diferente y de sólida coherencia era Flores de música, que así se llamaba el programa que estos dos músicos habían dispuesto para la ocasión.  El título lo han tomado del franciscano Antonio Martín y Coll, religioso catalán afincado en la Corte, fallecido alrededor de 1734-35 y autor de una serie de recopilaciones de música para teclado -danzas populares o de corte en su mayor parte- con ese mismo nombre.

Linares y Vilas interpretaron una docena de títulos en la que repasaron ampliamente todo el abanico de estilos de esa música, con un técnica sobresaliente, una amplia paleta tímbrica y dinámica y gran rigor estilístico. Aspectos todos que les permitieron alcanzar una notable dosis de levedad, gracia o profundidad en sus versiones.

Manuel Rivas (I) y Adrián Linares (D)

A destacar, el verdadero derroche de buen gusto y emotividad desplegado en las diferencias (denominación más arraigada en la España de la época para el género variaciones) sobre la Folía, con unos ecos haendelianos. Ecos de ida y vuelta, que no en vano la llamada Folía de España fue inspiradora de tantos grandes compositores en el Barroco, como Corelli, Bach o el citado Haendel, el más inglés de los compositores alemanes.


La ligereza de un Canarios o el refinamiento de la Danza del Hacha y del Baile de Gran Duque redondearon el catálogo de sensaciones y sentimientos de una mañana especialmente luminosa en lo musical. El regalo de un Fandango tomado en préstamo de “nuestro” Luigi Boccherini y la repetición de parte de la Folía saciaron el hambre de belleza de los asistentes. De momento; que, afortunadamente, la música es manjar de leve digestión.