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17 mayo, 2021

Sorpresas te da la vida...

 

 


 

Escribí este artículo en febrero de 2017 para tratar de explicar la discrepancia entre el texto de mi crítica del concierto y el subtítulo con el que se publicó y dar una idea de cómo funcionan los medios a la caza del "clickbait". No lo publiqué por prudencia, que enfrentarse a los chamanes de la tribu nunca fue buena idea. Hoy me ha saltado a la vista durante la búsqueda de un archivo en mi ordenador y no me resisto a compartirlo, porque no solo no ha perdido vigencia en estos años sino que creo que la ha ganado. 

 

Es curioso que después de escribir una crítica lo más razonada y analítica posible; después de pensar y repensar un título que atraiga y un subtítulo que resuma... cuando vas a verla publicada te encuentras que te lo han cambiado por otro que incluso contradice lo que con tanto cuidado has analizado, razonado y escrito.

Esto, que con los años ya no te sorprende excesivamente -porque a veces pasa, aunque cada vez menos-, se vuelve sorpresón de los gordos cuando sabes quién te lo ha cambiado. Cuando te enteras de que no es un/a periodista expert@ que lee tu texto y trata de dar en el clavo de tu idea principal (lo que a veces incluso se agradece porque ven más cuatro ojos que dos, añado hoy en 2021). No, no: no es ningún/una periodist@, redactor/a jefe/a ni corrector/a de estilo, que va...

  

¡Ojo! 

 

 

¡Son ELLOS!

¿Y quienes son “ellos”? Pues ellos son... los SEO. Que tampoco son las siglas de un subgrupo especial de operaciones, una especie de policía del pensamiento al estilo orwelliano de “1984”, no. 

O sí, quién sabe. Porque un SEO es un especialista en el reposicionamiento de oferta (textos, anuncios, cabeceras, titulares y un largo etc.) en Internet. Trabajo para el que utilizan palabras clave, algoritmos y un largo etcétera de técnicas para que imágenes, textos, noticias o anuncios aparezcan en lugar destacado para que los vea más gente.

 

 

Esquema de proporciones de un ojo



O sea, alguien que hace que tú, querid@ lector/a, encuentres en primer lugar lo que te interese en función de tu historial de búsquedas. O algo que no te interese espontáneamente. Porque, a lo mejor, lo que tú veas, leas, adquieras (o pienses) es a otro quien le interesa. Porque siempre hay un otro o varios otros en estos asuntos. O negocios. Porque al final, todo esto -también lo que piensas- es asunto que a otros les interesa. O es su negocio. 

Y resulta que estos personajes y estas técnicas, cuando te topas con ellos, han arraigado en medio de tu vida, esa vida que cada día es menos tuya. Están ahí implantados, incluso bien arraigados desde hace tiempo sin que sepas ni cuándo ni desde dónde han llegado a ella, pero condicionándola, dirigiéndola desde la sombra sin que puedas hacer nada por evitarlo.

 

El Gran Hermano te mira (y te hace mirar) 


 

O atrayendo tu vista hacia un titular más o menos discrepante con lo que alguien escribió como resumen de su texto (a quien, si no sabes cómo funciona esto tacharás de incoherente; con toda lógica).

Por si habéis notado algo de esto en mi crítica del concierto de la Sinfónica con Khatia Buniatishvili, esta es la breve pero curiosa historia de un subtítulo en una tarde previa a los Carnavales (a lo mejor lo hacían solo por ponerle un antifaz al texto; a saber).

Subtítulo original escrito por mí: El Beethoven de Buniatishvili, desde el fondo del arca al escaparate virtuosístico y visual

Primer subtítulo “SEO”: La interpretación de Beethoven por parte de la pianista Buniatishvili estuvo tan llena de personalidad como de fidelidad a la partitura.

Algo que decía en el texto, pero sólo referido a los dos primeros movimientos (pienso que en el tercero cambió el rigor por el espectáculo). Por si mi subtítulo no lo aclaraba suficientemente o era demasiado imaginativo, propuse este otro.

Subtítulo de sustitución: El Beethoven de Buniatishvili, desde la hondura al divismo visual y virtuosístico

Segundo y definitivo subtítulo “SEO”: La interpretación de Beethoven por parte de la pianista Buniatishvili arrancó llena de personalidad y fidelidad a la partitura, pero se rompió al final.

Supongo que las “palabras clave” son pianista y Buniatishvili y que las ponen bien juntitas para que el artículo salga por arriba en las búsquedas. Pero acabo de hacer una búsqueda con esas palabras y mi crítica no está en la primera página de Google. ¡Jo! 

Por si alguien no se había dado cuenta de lo importante que es la imagen para esta pianista en este enlace tenéis toda una serie de vídeos suyos. Y para los que no quieran escuchar, en este otro hay fotos; muchas fotos.

E aquí se acaba a historia deste peixe rodaballo, que por non haber aceite houbo que comelo asado... Porque para qué va uno a seguir peleándose contra molinos de viento; que luego ya se sabe lo que te pasa.

01 diciembre, 2015

Pequeña historia de un arpa recostada





Tal como adelantaba en la crítica del concierto de Forma Antiqua, reproduzco el artículo escrito para el concierto de la clavecinista Céline Frisch, celebrado en la iglesia de Santa María Nai de Ourense el 14 de marzo de 2015, dentro del Festival Pórtico do Paraíso, revisado para esta entrada.

Concierto para un arpa recostada
Más pequeño que un piano de concierto, un clave, clavecín o clavicémbalo –que con todos estos nombres se conoce el instrumento que hoy escucharemos- sorprende a quien lo ve por primera vez. Suele estar policromado -incluso profusamente ornamentado-, en vez de lucir el negro acharolado de los pianos de cola. Sus teclas, a veces las de las notas naturales en negro y las de las alteradas en blanco, pueden parecer el negativo de las de un piano y produce su sonido pulsando las cuerdas con una púa de cuero o uña de cuervo impulsada por una pequeña pieza rectangular de madera llamada saltador. Su timbre se diferencia así tanto del de un clavicordio como del de un piano -en estos dos instrumentos las cuerdas son percutidas, no pulsadas- pareciéndose más al que produce un arpa o una cítara pulsada.


Clavecín 

Un clave puede construirse con un teclado y uno o dos registros sonoros –que en ese caso pueden sonar también en una octava más baja- o con 2 teclados y varios registros que permiten también combinaciones de solo y tutti, habitualmente empleadas en los conciertos “al modo italiano”, como el que Concerto nach italienischem Gusto, BWV 971 de Johann Sebastian Bach.

Han sido necesarias décadas de estudio musicológico y práctica musical con criterio históricamente informado para que su peculiar timbre reconquiste el oído
Sir Tthomas Beecham
del público aficionado, que lo tenía prácticamente olvidado desde su caída en desuso a partir de la segunda mitad del s. XVIII. Tan olvidado estuvo, que durante bastante tiempo hizo fortuna la famosa descripción [1] que hizo de él Sir Thomas Beecham (1879-1961), el gran director de orquesta británico casi exactamente coetáneo de quien fue autora de su renacimiento, la gran pianista y clavecinista polaca Wanda Landowska (1879-1959).

Profundamente interesada en la obra de Bach, Couperin y Rameau a partir de su inclinación a la musicología, su trabajo supuso para la interpretación al clave de la música de Bach un impulso similar al que, apenas un siglo antes, había dado Felix Mendelssohn a su música sacra coral [2]. Landowska, conocedora de los instrumentos de época, adquirió varios claves
Wanda Landowska. Observándola, Auguste Rodin
antiguos y se hizo fabricar algunos por el célebre constructor francés de pianos Pleyel hasta encontrar el sonido más adecuado a su visión de la música. Varios compositores escribieron bajo su inspiración obras como El retablo de Maese Pedro, y el Concierto para clavecín (Manuel de Falla, 1922 y 1926) o el Concierto campestre, de Francis Poulenc (1928).

En España hay constancia de la temprana presencia del instrumento gracias al especial cuidado de su patrimonio que tenía Isabel la Católica, gracias al cual conservamos cuentas e inventarios al respecto. Un buen ejemplo es el que recoge Mosén Higinio Anglés (Tarragona, 1888-Roma, 1969) en su obra La música en la corte de los Reyes Católicos (CSIC, 1941): “en noviembre de 1503, la reina mandó hacer a su camarero Sancho de Paredes un inventario detallado de Laúdes  e cosas de música, en el que figuran, …un ducemel para tañer, metido en una caja de madera …/… Una arpa de madera barnizada de amarillo, el vientre e lo otro fecho de maçonería, muy labrado, con unas imágenes de bulto metidas en unos encasamentos e las clavijas son de hueso blanco e con unas armas de castillos e leones …/… Dos clavecímbanos viejos …/… Unos órganos de hoja de Flandes viejos con sus fuelles…”. Y el cronista Gonzálo Fernández de Oviedo deja claro que en la España del XVI ya se distinguía entre clavicémbalo y clavicordio, cuando relata: En su cámara [la del príncipe Don Juan] había un claviórgano, e órganos, e clavecímbanos, e clavicordio, e vihuelas de mano, e flautas, e en todos estos instrumentos sabía poner las manos.

La música escrita para clave no se distingue de la de órgano hasta la segunda mitad del s. XV, en el que aparecen colecciones como el llamado Códice de Faenza (Italia) o el Buxheimer Orgelbuch (Libro de órgano de Buxheim), una colección de
256 piezas anónimas y de diversos autores recopilada entre 1460 y 1470 en el actual distrito de Unterallgäu (Alemania). En España, las dos primeras colecciones importantes de música para instrumentos de tecla son las de Luis
Buxheimer Orgelbuch, portada
Vega de Henestrosa (ca. 1510-1577) con su Libro de cifra nueva para tecla arpa y vihuela (Alcalá de Henares, 1557) y la recopilación de obras de Antonio de Cabezón (1510-66) llevada a cabo por su hijo Hernando en 1578.

Aunque del título y contenido no se desprende diferencia entre unos u otros instrumentos de teclado, el propio Venegas dice en el prólogo de su libro: Es de saber que hay diferencia del monoacordio al órgano… y da instrucciones para la ejecución de notas largas con la mano izquierda, que en el órgano se debía realizar manteniendo la mano fija en la correspondiente tecla mientras en el “monoacordio” debía ser pulsada en cada compás o incluso cada medio compás. Cabezón, por su parte, declara sobre el órgano: Muéstrase también la majestad y señorío de este instrumento en el aparato y servicio que solo él tiene entre todos los demás, y no consentir ser tocado de manos rudas y principiantes ni ejercitarse en él la gramática del enseñar, ni la molestia del aprender y estudiar, teniendo otros instrumentos menores, a quien tiene cometido esto, que son los que llaman monoacordio [3] y clavicordio.

Inicios comunes y diferentes destinos de instrumentos que permitieron a los grandes compositores de música para teclado hacer el viaje de ida y vuelta entre  ambos instrumentos -casi un símil musical del que hizo Bach entre Arnstadt y Lübeck para tratar de suceder al gran Buxtehude-. Viaje que hoy nos permite gozar de una música excepcional con líneas melódicas que pueden llegar a semejar las filigranas de un retablo barroco, multiplicadas en contrapuntos que las asemejan a las columnas y nervaduras de una catedral gótica y con una armonía similar a la serena solidez de los grandes paramentos catedralicios románicos.




[1] “Su sonido es el de dos esqueletos copulando sobre un tejado de hojalata”. 
[2] En 1829, F. Mendelssohn redescubrió La pasión según San Mateo de Bach y la interpretó en concierto el 11 de marzo de 1829.
[3] Instrumento más sencillo que el clave y el clavicordio, dedicado casi exclusivamente al aprendizaje.

08 octubre, 2015

Con fuerza e ilusión





La Orquesta Sinfónica de Galicia afronta la próxima temporada con el empuje de la excelencia artística, el vigor de sus proyectos y el apoyo de su público. Como destacó su gerente, Andrés Lacasa, “la temporada pasada se cerró con 38.000 entradas sueltas vendidas, en ésta son alrededor de 1.700 los abonados inscritos en los ciclos de viernes y sábado y es líder en You Tube", con más de 1.200.000 visitas a su canal. Un nuevo tipo de público, extendido por todo el mundo pero bien cercano en el aprecio de la calidad, fruto, sin duda, de la mucha de sus transmisiones en “streaming” y de la de sus conciertos grabados.

A ello se suman “más de 50.000 personas que han participado en los proyecctos didácticos de la Sinfónica”, agrupados como Son Futuro y  “los actuales 80 aficionados inscritos como Amigos de la Sinfónica”,  que aportan su apoyo moral y material a la orquesta y sus actividades y que provienen no sólo de Galicia sino de “otros lugares, como la Comunidad Valenciana”, según manifestaba este verano el propio Lacasa.

En pos de la excelencia

Como cimiento de todo el edificio se halla su continua búsqueda de la excelencia; la Orquesta Sinfónica de Galicia está considerada como la mejor orquesta de España por la mayoría de la crítica española y de los grandes directores y solistas invitados. Es significativa la frase del fallecido Lorin Maazel sobre la OSG cuando vino a dirigir por segunda vez la Sinfónica: “He elegido La Coruña porque mantiene un magnífico conjunto orquestal, insuperable en España y competitivo con los mejores de Europa”

Todo lo anterior cuenta a la hora de afrontar con energía y optimismo la difícil situación creada por el modificativo de crédito que anunció este verano el Ayuntamiento de A Coruña y que en palabras de Lacasa hace que la OSG esté “viviendo una transición complicada que previsiblemente se solucionará en 2016; así lo han dicho públicamente todos los partidos políticos e instituciones”.


Dima Slobodeniouk y la Orquesta Sinfónica de Galicia

La Sinfónica inaugura su temporada de abono los próximos viernes y sábado con dos conciertos sinfónico-corales. Con ella actuarán las voces femeninas del Coro de la OSG, que dirige Joan Company, y el Coro de  Niños, que prepara José Luis Vázquez. Bajo la batuta de su titular, Dima Slobodeniouk, y con la contralto Ewa Podless como solista, estos tres conjuntos de la OSG interpretarán la monumental Sinfonía nº 3 de Gustav Mahler.

Es un arranque lleno de fuerza para una fuerte temporada. En la rueda de prensa celebrada este miércoles, Andrés Lacasa resaltó la importantísima participación de la labor del Coro de la OSG en esta temporada. Tras su reciente dirigida por Tom Koopman en La Pasión según san Mateo de Bach, esta temporada trerá de la mano nuevos desafíos para las voces que dirige Joan Company: el primero, la interpretación del gran oratorio de Haydn La Creación, en el que será dirigido por el gran especialista del clasicismo Richard Egarr.

Casi cerrando la temporada 1016-16, el Coro de la OSG afrontará otro reto aún mayor: será nada menos que el Requiem de Verdi. Una partitura que Dima Slobodeniouk distinguió como “la obra” entre todas las obras sinfónico-corales y que no todos los coros están en condiciones de interpretar. Joan Company, su director desde su fundación en 1998, destacó en este sentido cómo “ya hace varias temporadas que el coro actúa sin los refuerzos que requirió en sus inicios” cuando lo hacía conjuntamente con otras entidades como la Coral Universitat de les Illes Balears, el Coro de la Comunidad de Madrid o el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana.

Coro de la OSG

Ampliación de capital

La calidad y preparación de las voces del Coro de la OSG viene aumentando patentemente desde hace tiempo Pero para cantar esta obra maestra verdiana no es suficiente la calidad de sus voces, que en el Coro de la OSG ha ido aumentando notablemente los últimos años. Tambien se requiere masa sonora capaz de proyectarse junto a –e incluso por encima de- la colosal dinámica de la orquesta verdiana en el Requiem. Como aclaró Lacasa, “no se trata de un concierto participativo” sino que se lanza una campaña de captación de un máximo de sesenta nuevas voces de toda Galicia.

Es decir, no es lo que podríamos llamar un préstamo de voces a corto plazo sino una verdadera ampliación de capital vocal. Para ello se cuenta con el aumento de coros que se ha dado en toda la Comunidad y con el hecho, que resaltó Company, de que “algunos de esos coros están compuestos en parte e incluso dirigidos por personas que pasaron por el Coro de la OSG”.

Durante la próxima temporada, la Sinfónica completará el ciclo de sinfonías de Sibelius con sus dos últimas sinfonías —Sinfonía nº 6 y Sinfonía nº 7—, algunos de sus poemas sinfónicos y el Concierto para violín. Pero lo más destacable es la música de Gustav Mahler y Richard Strauss, en los que está centrada la programación. Y así, Mahler cerrará la temporada con su Sinfonía nº 5 y   Strauss estará presente con obras tan significativas como Así habló Zaratustra, su Concierto para trompa nº 2 y la Metamorfosis para 23 instrumentos de cuerda, además de la ópera Salomé en versión concierto, que dirigirá Eliahu Inbal dentro de la Temporada Lírica de la OSG y Amigos de la Ópera de A Coruña.

La temporada se completa con un ciclo dedicado a Haydn (el citado oratorio La Creación, tres de sus sinfonías de Londres -93, 95 y 96- y su Concierto para violonchelo en do menor.  Autores desde Carl Ph. Emanuel Bach a Stravinski, completarán la programación junto a Mozart, Beethoven, Schumann, Brahms, Shostakóvich y Falla, entre otros. el Concierto para vilonchelo de Magnus Lindberg y 

07 julio, 2015

Principios





Ayer fue el aniversario de Joaquín Rodrigo, un inmortal. Porque el Maestro Rodrigo, como todo el mundo le llamaba, era de 'esas personas que no se entierran; se siembran’.

Para  recordarlo, reproduzco aquí el homenaje que le rendí en un viejo precedente de este blog.


Joaquín Rodrigo (1901 - 99)


Principios de los sesenta. Yo comenzaba el estudio de  la guitarra y era iniciado por mi maestro en la audición de los recitales que aquella entrañable Sociedad Guitarrística Madrileña organizaba en el salón de actos del  Ateneo de Madrid.

Los hermanos Lloret, mis  entonces vecinos  y siempre queridos amigos, tenían por aquellos años  varios tesoros. Los más destacables eran: un padre aficionado a la música,  su maravillosa colección de discos "microsurco" -lo último, el no va más, el mayor adelanto en la reproducción de sonido-  y un tocadiscos en el que se hacía viva la más increíble música que nunca había oído.

Eran mis principios como auditor de música sinfónica. Beethoven,  Mozart, Rimsky, Tchaikovsky [i], sinfonías, fragmentos... y El Disco:

La Orquesta Nacional, Ataúlfo Argenta, Gonzalo Soriano, Narciso Yepes, Noches en los Jardines de España...

Y el Concierto de Aranjuez. El bien supremo de la colección, la música mágica, la que enajenaba, la que hechizaba, la que me hacía practicar después con mi instrumento durante horas y horas buscando mecanismo, sonido, expresión, música.

Casi cuarenta años  y muchísimos discos después -entre ellos otras diez versiones del Aranjuez- lo encuentro, ¡por fin! editado en  compacto  y con una de las  primeras cubiertas con que lo conocí, la de las rosas. Hoy es, otra vez, el tesoro de mi colección de discos.

También eran por entonces los comienzos de la televisión en España. En un telediario, entrevistaron al guitarrista Narciso Yepes, que  anunció su actuación en el Monumental, en un concierto benéfico, el domingo siguiente por la mañana.

Con él la Nacional dirigida por Odón Alonso. El programa, Intermedio de Goyescas, de Granados, el Concierto de Aranjuez, y la Quinta Sinfonía de Beethoven.


Narciso Yepes (1927 - 97)

Fue mi primer concierto sinfónico. Tras ése, años de Monumental y Real, Palacio de Congresos-Auditorio [ii] Rosalía y Colón de la Coruña, tantos conciertos, obras, autores... Pero tengo en un nivel diferente   aquéllos que son mis principios; no sólo cronológicos, sino también estéticos y, de alguna manera, casi éticos.

Hoy he oído decir que se ha muerto Joaquín Rodrigo. Valiente tontería. ¿Acaso pueden morir los principios?




[i] En 2001 no hacía transliteración, como manda la santa madre RAE.
[ii] Ése era entonces el nombre del actual Palacio de la Ópera.

03 junio, 2015

Clausura de temporada de la OSG, 1



El viernes día 22 de mayo, la Orquesta Sinfónica de Galicia celebró el último concierto de abono de la temporada 2014–2015. En la primera parte del programa, un arreglo para metales de las Vísperas de la beata Virgen, de Claudio Monteverdi, y Let me tell you, obra para soprano y orquesta de Hans Abrahamsen. Para la segunda, la monumental Pinos de Roma, de Ottorino Respighi, que tocó con el refuerzo de numerosos miembros de la Orquesta Joven.

Tengo por norma no hacer crítica de ningún concierto en el que haya colaborado, por lo que tampoco la haré de éste, ya que escribí las notas al programa. En su lugar, para quienes no pudisteis leerlas en su momento y especialmente para quienes no asististeis al concierto, publico hoy una parte de ellas, la  correspondiente a la obra de Monteverdi, dejando para próximas entradas las obras de Respighi y de Abrahamsen, Let me tell you, obra esta última que la OSG y Dima Slobodeniouk estrenaban en España.

Claudio Monteverdi
Monteverdi es considerado como el mayor autor de madrigales, con nueve libros dedicados al género. Escribió los cuatro primeros en el estilo polifónico tradicional, prima prattica, que combinaba la escritura homófona con la contrapuntística de cinco voces, aunque usando muy libremente armonía y disonancias. A partir del quinto libro evolucionó hacia la llamada seconda prattica, llegando a cotas técnicas nunca antes alcanzadas: escribe para cinco o seis voces y la música se subordina a la expresión emocional del texto poético [1] en franca evolución hacia el teatro musical, género que cultivó con éxito. En este sentido, L’Orfeo [2] no deja de ser el resultado final de una evolución del género madrigalesco dirigida al teatro musical, la ópera en este caso.

Vísperas de la Beata Virgen
Aunque Monteverdi consideraba que la prima prattica era adecuada para música sacra y la seconda para el madrigal, donde era esencial poder expresar las líneas emocionales del texto, en las Vísperas utiliza ambas técnicas, de tal modo que son un  lejano precedente de la emoción espiritual expresada en los coros y las arias de las Pasiones de Bach. La obra, publicada en Venecia en 1610, es de un tamaño monumental y conlleva una gran dificultad de ejecución, requiriendo un coro de tamaño y calidad suficientes como para afrontar hasta diez diferentes partes vocales. Monteverdi, con gran sentido práctico, no especifica los instrumentos de ripieno del acompañamiento (lo que hoy llamamos tutti), permitiendo así a cada director adaptarse a los efectivos disponibles. Sí incluye, en cambio, partes a solo para violín y para corneta y dos versiones del Magnificat final, en función de los efectivos disponibles.

Dima Slobodeniouk y metales de la OSG/OJSG
(foto cedida por la OSG, © Pablo Rodríguez)

La obra completa se estructura sobre varios textos bíblicos usados en la liturgia de diferentes fiestas marianas de la iglesia católica. Su estructura es la tradicional, que incluye un Introito (apertura con versículo, que en este caso utiliza  elementos de la introducción de L’Orfeo), una sucesión de cuatro salmos –seguido cada uno por un motete, excepto el quinto que lo es por una sonata-, el himno Stella maris y el Magnificat; éste, en las dos versiones arriba citadas.

El arreglo para metales incluye cinco partes del original: el Introito (Deus in Adjutorium); el salmo 126 (Nisi Dominus); el himno Ave Maris Stella; el Salmo 147 (Lauda Jerusalem) y el Sicut erat in principium que forma parte del primer número. Se creó para su interpretación por el grupo Canadian Brass junto a solistas invitados de la New York Philharmonic y la Boston Symphony. El conjunto instrumental está compuesto por tres coros de metales, constituido cada uno por dos trompetistas que usan instrumentos de diferente afinación –si bemol, mi bemol, y piccolo (trompeta barroca)-, trompa en fa, trombón y tuba (el tubista del tercer coro usa también bombardino).






[1] Monteverdi consideraba a este respecto que "las palabras son dueñas de la armonía, no esclavas".
[2] L’Orfeo, considerada como una de las primera ópera de la historia, fue estrenada en la corte de Mantua en el carnaval de 1607 y es escrita como competencia con la Euridice de Jacopo Peri de 1600.

27 mayo, 2015

Nuevas sendas




A nuevos tiempos, más y mejores caminos. Líneas Adicionales se echa a andar con la ilusión que siempre produce un estreno y tiene el mismo fin -añadir, ampliar, hacer de puente- que las de un pentagrama. En el caso de éste, ampliar su capacidad de representar la altura de las notas y como puente para la superposición de pautas. En el de Líneas Adicionales, añadirse a mis críticas publicadas en El País; pero también para traspasar los lógicos límites que impone la publicación en un periódico.

Real Filharmonía de Galicia en
la Cidade da Cultura, Santiago
Intento cubrir con este blog aquellos acontecimientos que por  causas formales o de oportunidad no siempre tienen cabida en la prensa, ya sea en las ediciones tradicionales en papel o, como los últimos años, en su edición electrónica. Y quiero hacerlo explorando y explotando los nuevos medios técnicos que Internet pone a nuestra disposición. Porque para renovarse conviene  siempre recordar los orígenes y ni debo ni puedo -ni mucho menos quiero- olvidar que mis primeras informaciones y críticas sobre música clásica fueron publicadas precisamente en la Red de redes.

Orquesta Sinfónica de Galicia
en Parque Ibirapuera, Sao Paulo
Trataré de haceros llegar cualquier acontecimiento musical a mi alcance, ya suceda en Galicia o fuera de ella y busco darles a todos la máxima difusión que pueda alcanzar. Porque, sobre todo,  quiero contribuir con mis textos a extender la afición a la música clásica hasta donde me sea posible. 

Para todos
Por eso, animo a todos los que estáis leyendo estas primeras Líneas Adicionales -y a quienes lean todas las que sigan- a que las compartáis en vuestras redes sociales, virtuales o no. Para que esta bendita adicción que llamamos música alcance cada día a más y más personas. Y tratar de contribuir entre todos a que siga creciendo el número de los que hoy tenemos la suerte de haber sido ‘contaminados’.

Dicho lo cual, sólo me queda –como a los antiguos cómicos- pediros vuestra gracia para mis aciertos y vuestra indulgencia con mis fallos.