25 abril, 2021

A la tempestad a través de la calma

 



Santiago de Compostela, 22 de abril, Auditorio de Galicia, Real Filharmonía de Galicia. Nodoka Okisawa, directora. Programa: Gioachino Rossini (1792-1868) La cenerentola, ‘Temporale’; Franz Joseph Haydn (1732-1809), Sinfonía nº 39 en sol menor ‘Tempeste di mare’; Felix Mendelssohn (1809-1847), Las Hébridas, op 26. F.J. Haydnm Sinfonía nº 59 en la mayor, ‘Sinfonía del fuego’; Felix Mendelssohn, Mar en calma y próspero viaje.

 


La Real Filharmonía de Galicia, dirigida por Nodoka Okisawa (Aomori, Japón, 1987), ha celebrado su concierto de abono el jueves 22 bajo el título Tempestade e calma. Okisawa fue la triunfadora absoluta del Concurso de Dirección de Besançon de 2019, donde, además del Grand Prix, obtuvo los premios de la orquesta y del público. Ganadora de una beca de la Academia Karajan de la Filarmónica de Berlín, trabaja como asistente de  Kiril Petrenko en conciertos y óperas y dirige sus propios proyectos con los estudiantes de la Academia Karajan.

Okisawa demuestra un gran control del sonido (y de los silencios, a los que otorga toda la importancia que tienen como parte esencial de la música y que tantos olvidan o exageran). Su gama dinámica es amplia y, sobre todo, muy bien matizada y mantiene siempre una buena tensión expresiva, logrando un óptimo rendimiento sonoro de la orquesta.


Nodoka Okisawa | RFG Xaime Cortizo

Estas cualidades como directora se unen a una idónea adecuación estilística a cada obra, demostrada a lo largo del concierto del jueves en los tres autores presentes en el programa. Y así, en la pieza de Rossini se pudo apreciar una expresión muy teatral, en el sentido literal del término, con una gran capacidad de sugerencia visual.

En Haydn, Okisawa obtuvo de la Real Filharmonía lo mejor de su personalidad sonora, esa que su anterior titular definía (aproximadamente, no recuerdo las palabra exactas) como “sonido de orquesta de las de antes”, con gran claridad de líneas y elegancia de fraseo. Esta se manifestó especialmente en el Minueto de la Sinfonía nº 39 y su Trio. Antes y después de este movimiento, la serenidad del Andante y la fuerza tempestuosa del Finale, muy bien expresada en el enfrentamiento y diálogo entre cuerdas y vientos. En la Sinfonía de fuego, la técnica de Okinawa aumentó la fuerza expresiva manteniendo la fidelidad a los contrastes de la partitura.

La directora japonesa pone su dirección al servicio de la partitura, respetando cada obra al tiempo que la enriquece con un sinnúmero de matices. Logra un gran rendimiento sonoro y musical con una gran economía de gesto, manteniendo siempre este en la sobriedad y elegancia. Esto se manifestó de manera particular en las dos oberturas de Felix Mendelssohn, en las que el sonido no necesitó apenas una pizca de imaginación de los oyentes -presentes o en línea- para lograr una riquísima serie de sugerencias visuales. Como rúbrica al pie de lo escuchado, el final de Mar en clama y viaje próspero fue como un fundido a negro cinematográfico.


Nodoka Okisawa | RFG Xaime Cortizo



Pocas veces la música del redescubridor de La pasión según San Mateo ha podido tener una traducción tan ortodoxa como rica en matices.  El aplauso final del público presente en el Auditorio de Galicia correspondió con justicia a lo mucho que se pudo gozar en el concierto. Como todos los de esta temporada, el del jueves fue transmitido en directo por “streaming”; esta crónica se basa en lo visto y oído a través de dicha transmisión.  

 

 

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