A
Coruña, 30 de septiembre, Teatro Rosalía Castro. Setaro, el constructor de utopías (250 años de ópera en A Coruña).
Vivica Genaux, mezzosoprano. Borja Quiza, barítono. Orquesta Barroca de Mateus;
Ricardo Bernardes, director musical, Dramaturgia y dirección escénica de Mario
Pontiggia. Raúl Vázquez, colaborador en la dirección escénica.
El 21 de
noviembre de 1768 fue el día. El empresario teatral Nicola Setaro inauguró el
primer teatro estable de ópera de A Coruña, el Teatro de la Franja, que se alzó
sobre el terreno que hoy ocupa la Plaza de María Pita. El napolitano andaba
detrás de este proyecto desde 1764, año en el que el Ayuntamiento de la ciudad
le concedió su primera licencia para construir un teatro. Setaro no la
aprovechó, reiterando la petición cuatro años después y levantándolo en unos
meses, lo que hace pensar a muchos expertos que en realidad se trataba de un
corralón de comedias a la española, de planta cuadrada o rectangular y
construido en madera, en vez del diseño más extendido posteriormente de teatro
con planta en herradura y palcos, “a la italiana”.
Estos inicios y el desarrollo posterior de la actividad de
Setaro por todo el Norte de España y Portugal sirven de hilo argumental a la
dramaturgia iniciada por Gustavo Tambascio
(1948 – 2018), retomada por Mario Pontiggia tras el fallecimiento de aquel y
convertida así en el doble homenaje al viejo empresario y al dramaturgo que
firmó para A Coruña éxitos tan importantes como la Partenope de 2009 o el Falstaff de 2016.
La Casa de Mateus |
Setaro, constructor de utopías ha
tenido un doble estreno: en la sede de la Fundación Casa de Mateus en
Vila Real (Portugal) el viernes 28 de septiembre y el domingo 30 en el Teatro
Rosalía Castro de A Coruña. El espectáculo
consistió en la narración de su vida y andanzas por parte de Borja
Quiza, ilustrada musicalmente por una serie de arias operísticas de la época.
La parte cantada estuvo a cargo del barítono gallego y en mayor medida de la
mezzosoprano estadounidense Vivica Genaux.
La descripción de Pontiggia en el programa de mano habla de “una
musa barroca que ilumina el largo peregrinaje artístico y musical de Nicolà
Setaro, un narrador que despliega las etapas y se reviste de sus roles.
Homenaje a un visionario que no se rindió frente a la adversidad, a un utopista
napolitano que hace 250 años legó a A Coruña lo que más amaba: la ópera”.
Vivica Genaux |
Vivica Genaux, en ese papel de musa de Setaro, mostró la calidad
de su especialización en música de la época, con un especial acierto en las
agilidades a veces casi pirotécnicas de las arias de bravura y agitate y
una vocalización un punto abierta de más en las cantabile. Quiza tuvo la doble labor de la narración –algo
atropellada por momentos- y la interpretación de cuatro arias. La Orquesta
Barroca de Mateus, con dirección de Ricardo Bernardes, cumplió con su papel de
acompañamiento con el color y “precisión” característicos de estos conjuntos.
Desde el punto de vista teatral, el escenario del Rosalía albergó
todos los elementos materiales y humanos de la producción: a la derecha el
clave y continuo; a la izquierda, violines y vientos, y el fondo totalmente
ocupado por once vestidos procedentes de la producción de Partenope antes
mencionada, cada uno sobre un hermoso pedestal. Toda una ilustración práctica
del concepto horror vacui.
Escenario de Setaro, constructor de utopías |
Los intérpretes, pues, tuvieron
que moverse en un espacio central hasta el fondo -de no más de dos metros y medio
de anchura- y un pasillo en la zona posterior derecha del escenario. La presencia
escénica y buen hacer de Genaux y el dinamismo perpetuo de Quiza lograron
superar, casi milagrosamente, estas dificultades y el público del Rosalía les
obsequió con una fuerte ovación final.
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