Juan Galdo (Ferrol, 1940) expone en el Centro
Torrente Ballester de Ferrol, del 5 al 28 de febrero, una colección de obras
con el título general de Serie Carnaval,
todas ellas inspiradas directamente por el tema que da nombre a la muestra. Este es un
tema ciertamente recurrente en la trayectoria del pintor ferrolano, alumno de
Ricardo Santiago Torrella (Ferrol, 1927-2000), que completó su formación en
París entre 1963 y 1968 y ha obtenido numerosos premios desde aquella lejana
medalla en el Certamen Bello Piñeiro de 1961 o las del Certamen de Pintura y
Dibujo Camilo Fernández en los años ochenta.
Silueta recortada y tinta-pastel sobre madera (paleta de pintor) |
Galdo tiene una inquietud perpetua que hace bueno el
lema que preside el estudio de una buena amiga pintora, “Artista es el que hace lo que
no sabe”: es decir, aquel que se arriesga, investiga, prueba, se expone y
expone. Esta exposición nos da ocasión, otra más en su ya larga trayectoria, de
comprobar esta cualidad tan característica de Juan Galdo.
Serie Carnaval consta de dos partes
principales bien diferenciadas. Recorriéndola de izquierda a derecha, el
visitante se encuentra en primer lugar con un grupo de 12 obras en tinta
soplada sobre pastel, en las que Galdo exhibe toda una serie de personajes del
Entroido gallego. Estas obras muestran una firmeza de trazo derivada de las
plantillas que separan los diferentes colores.
Este trazo geométrico aparece como una referencia
cubista que enmarcara el expresionismo costumbrista que irradia de rostros y
máscaras como en Máscaras do vello o A madam e o galán. La amplia gama de colores e intensidades -de
suaves tonalidades y fuertes contrastes de calidez de luz- muestra el gran
dominio de una técnica tan trabajosa como difícil de realizar.
Óleo sobre tela de la Serie Carnaval |
Por número y tamaño, destaca la serie de 22 óleos
también centrada en el tema del Carnaval. En ella, el arte de Galdo deviene en
un fauvismo expresionista, no solo por su uso de los colores elementales, más
sus secundarios y complementarios. El
contraste entre las dos series expuestas por Galdo en el Torrente Ballester recuerda
el del apolíneo y casi renacentista bronce del escultor Albert Marque en el
Salón de Otoño de 1909 en París y la frase del crítico Louis Vauxcelles sobre
esa sala del Salón: Mais c'est Donatello parmi les fauves (Pero es Donatello entre las fieras).
Efectivamente, la suavidad de colores y moderado
tamaño de las tintas quedan como avasallados por la fiereza cromática y el
mayor porte de los óleos. Es un contraste que recuerda las diferentes
celebraciones del Carnaval, desde esas fiestas privadas en las que se reúnen
pequeños grupos de personas poco amigas de las masas a las más populares y
callejeras. Y entre estas, las máscaras orensanas, las damas y galanes de
Cangas o las madamitas de Cotobade.
Manifestaciones todas ellas homenajeadas en una exposición que merece ser
visitada, por su gran significado antropológico, para mantener vivo el espíritu de este febrero carnavalesco .
Julián Carrillo
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