El próximo jueves 9 de marzo, la Sociedad Filamónica Ferrolana presenta un concierto de Shlomo Mintz. Nacido en Moscú en 1957 y emigrado con su familia a Israel en el 59, debutó debutó con 11 años junto a la Filarmónica de Israel. A los 16 y llamado por Zubin Mehta con solo una semana de antelación, sustituyó a Itzahk Pearlman tocando el Concierto nº 1 de Paganini, esa muestra de técnica al servicio de la pirotecnia instrumental que contrasta con la profundidad del programa que tocará en el Teatro Jofre de Ferrol.
Shlomo Mintz |
Eugène Ysaÿe |
La Sonata nº 3, op. 27 (Ballade)
de Ysaÿe, junto a sus homónimas números1 al 6. es su homenaje a las sonatas y partitas de Bach, de las que deriva por su técnica
instrumental y profundidad musical, resultando un puente idóneo entre ambas también
por su tonalidad, re menor, la misma que la de la Partita nº 2, BWV 1004.
Esta se compone de cuatro danzas partes - Allemande, Courante, Sarabande y
Giga- cuatro sólidos y altos muros rematados por la Chacona, una de las más sublimes
cúpulas musicales jamás creadas. Su tema y variaciones es, junto a las mal llamadas
Variaciones Goldberg, una de las cúspides de la forma y ha servido de
modelo a multitud de obras posteriores.
Es el caso de la Passacaglia, -movimiento
final de la Cuarta sinfonía de Brahms. Este movimiento es un declarado homenaje al espíritu recibido de Bach, del que
incluye citas: algunas encriptadas dentro de su forma o su estructura, como los
primeros acordes a cargo de los vientos o la sección central en modo mayor dentro
de una obra en modo menor; otras, más perceptibles, en el tema, tomado de otra chacona:
el final, Meine Tage in den Leiden (Mis días de sufrimiento) de la Cantata
BWV 150, Nach dir, Herr, verlanget mir (Es a ti, Señor, a quien
anhelo).
Tras estos monumentos solo cabe respirar hondo varias veces y dejar con nuestro silencio, esa base de la que parte toda música, que el espíritu de Bach vuelva al infinito.
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