Polonia no existía
como país independiente a principios del s. XX. Su territorio estaba repartido
entre Rusia, Prusia y Alemania desde 1795, tras la caída de la Mancomunidad
Polaco-Lituana que había surgido de la Unia lubelska (Unión de Lublin).
Mapa de la Unión Lituano-Polaca |
A finales del s. XIX,
se reunió en una tertulia de Cracovia un grupo de músicos que, en 1901, sería
bautizado como “La joven Polonia” por Feliks lo Jasieński (1861–1929). El
primer concierto del grupo, celebrado en Varsovia el 6 de febrero de 1906,
señaló la fecha de su nacimiento oficial. Fueron los compositores Karol
Szymanowski (1832-1937) y Mieczysław Karłowicz (1876-1909) quienes marcaron
inicialmente el rumbo de la reforma al adoptar influencias de la música alemana
de su época.
Karłowicz, que nunca
perteneció formalmente al grupo, murió prematuramente pero Szymanowski continuó
la labor hasta su muerte, añadiendo otras influencias europeas, mediterráneas y
orientales. Tras la
Primera Gran Guerra (1914-18), el retorno al folclore polaco
fue otra forma de ayudar a establecer una identidad nacional. No obstante,
Szymanovski animó también a los jóvenes a estudiar en el extranjero, sobre todo
en París, como medio de asegurar la renovación y evitar así un cierto
provincianismo.
Un parto distócico
La música polaca del
siglo XX ha estado íntimamente ligada a las dos guerras mundiales y a toda la
serie de problemas socio-políticos aparentemente insuperables surgidos a
consecuencia de ellas.
La ocupación del país
por el ejército alemán paralizó la vida musical en Polonia durante la II GM.
Pasada esta, los músicos polacos crearon una red de escuelas de música,
conservatorios, orquestas de radio y revistas que ha sobrevivido incluso en el
s. XXI. El llamado “realismo
socialista” ejerció su peso en el periodo 1947-54, por el gran peso que en
la política cultural de la URSS tuvo la proclamación del llamado “Informe Jdánov” aunque en Polonia fue menos aplastante que en
el resto de países con regímenes comunistas y la muerte de Stalin en 1953
permitió su progresivo aligeramiento.
Mapa con distintos repartos de Polonia |
En 1956, coincidiendo
con los acontecimientos
políticos que habrían de permitir en Polonia libertades artísticas
inauditas en el bloque soviético, se celebró en Varsovia la primera edición de
su Festival Internacional de Otoño de Música Contemporánea, que aún sigue
celebrándose. Tal fue la explosión de músicos de gran talento dedicados a la
música de vanguardia, que fuera del país llegó a acuñarse la expresión “Escuela
polaca” para referirse a esta corriente.
Fue la generación de
Krzysztof Penderecki, Henryk Mikołaj Górecki (1933-2010), Bogusław Schaeffer
(1929-) o Włodzimierz Kotonski (1925-2014) la que sacudió Polonia adoptando
la música serial y aleatoria, abandonándola a mediados de los 60 en favor de un
compromiso con las texturas y el timbre orquestal, que llegó a conocerse en
Polonia como “sonorismo”.
Krzysztof Penderecki |
Krzysztof Penderecki (Dębica, Polonia, 23.11.33)
La carrera musical de
Penderecki comienza a caballo de los años 50/60, centrándose en formas no
tradicionales de articulación del sonido de los instrumentos de cuerda: tocando
tras el puente, golpeando con la madera del arco en la caja, tratando los
instrumentos de cuerda como si fueran de percusión. Paralelamente, desarrolló
un método de utilización de los planos sonoros, compuestos por sonidos vecinos
que le llevó a crear su propio lenguaje sonoro, muy personal y fácilmente reconocible
por esta percusión en cuerdas por el y desplazamiento interno de planos sonoros
crecientes.
En 1959, Penderecki
era un desconocido profesor asistente de 28 años en el Departamento de
Composición de la Academia Estatal de Música en Cracovia que, como cualquier
joven en su situación, presentaba sus obras a concurso en busca del
reconocimiento de los ámbitos musicales más influyentes. Ese año, el jurado del
“Concurso de Jóvenes Compositores”, organizado por el Sindicato de Compositores
de Polonia, otorgó a tres obras suyas -presentadas con tres seudónimos
distintos- los tres primeros premios. Fueron Strofy
para soprano, recitador y diez instrumentos (escrita en 1959), Emanacje
(Emanaciones), para dos orquestas de cuerdas (1958-59) y sus Salmo Dawida para
coro mixto, instrumentos de cuerda y percusión (1958).
El editor alemán
Herman Moeck editó la partitura de Strofy,
interpretada ese mismo año en el Festival
Internacional de Música Contemporánea de Otoño de Varsovia. En 1960
recibió un encargo del famoso festival de Donaueschingen: la obra presentada, 8'37 " (el título expresa su
duración, como en la famosa 4’33” de
John Cage, escrita en 1952) estaba escrita para 52 instrumentos de cuerda. En
1969 recibió un premio de la Tribuna Internacional de Compositores de la UNESCO,
en París. Su título posterior, Tren
Ofiarom Hiroszimy, (Trenos por Hiroshima) apoyó no poco su triunfo
internacional como principal embajador de la música de vanguardia.
Primera página de la partitura de Trenos por Hiroshima |
Concierto
nº 2 para violín y orquesta “Metamorphosen”
Penderecki estudió
violín en su juventud, lo que ha influido en su obra, en la que ha dedicado una
buena atención al instrumento. En 1977, en los tiempos en que falleció su
padre, escribió su Concierto nº 1 para
violín, que marca su regreso desde la vanguardia musical militante y
confirma de algún modo las declaraciones del autor en el sentido de que su
música para solistas y orquesta es en la que más se acerca a su propia
intimidad.
En 1988 dirigió en
Lucerna a una joven Anne-Sophie Mutter en el Concierto nº 1 para violín de Prokófiev. El dominio instrumental de
Mutter le impresionó de tal modo que decidió escribir un concierto para ella
(el nº 1 fue escrito para Isaac Stern). La redacción de Metamorphosen duró desde 1992 a 1995 y la obra es más ligera que la
anterior en temática, expresión y texturas orquestales.
Penderecki con Anne-Sophie Mutter |
La obra se toca sin la
habitual división en tres movimientos. Comienza con un Allegro ma non troppo en el que el violín toca una melodía
ascendente en forma de canción; la sección acaba con una corta cadenza que el solista toca tras un tema
cantado por las violas. La cadenza da
paso al Meno mosso, que tiene un aire
nostálgico y un clima sonoro de precioso color producido por celesta, corno,
campanas y clarinete. Se vuelve al Tempo
primo con un aire entre discursivo y narrativo, tras el que una sección en Allegretto y otra en Andante, aparece un Vivace en el que, después de un nuevo tema en si menor y doce
clústeres, se llega el Andante con moto
que lo remata y con el que Penderecki nos devuelve al sonbrío ambiente inicial.
El concierto finaliza con el canto final del violín en su registro sobreagudo
sobre un acorde en modo menor de la orquesta.
En el vídeo
aquí enlazado hay una interpretación de Metamorphosen con el propio autor dirigiendo a la Korean Chamber Orchestra
en el Concert Hall del Seoul Art Center (18 de diciembre de 2013), dentro del
Seoul International Music Festival. Actúa como solista la violinista coreana Juyoung
Baek, la nueva intérprete de referencia de este concierto según Pederecki.
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