Teatro Rosalía Castro, 16 de diciembre.
El florido pensil (niñas). Memoria de la
escuela nacionalcatólica, de Andrés Sopeña Monsalve, en adaptación teatral
de Kike Díaz de Rada. Reparto: Loli Astoreka, Artola; Gurutze Beitia, Briones;
Teresa Calo, Alberdi; Elena Irureta, Aguirre; Itziar Lazcano, Jáuregui. Dirección,
Fernando Mernués y Mireia Gabilondo. Ayudante de dirección y regidora, Naiara
Arnedo. Escenografía y coordinación técnica, Edi Naudò. Vestuario, Ana
Turrillas. Producción ejecutiva, Ane Antoñanzas. Ayudante de producción, Vito
Rogado. Iluminación, Xabier Lozano. Producción, Tanttaka teatroa.
Cartel de El florido pensil |
El Florido Pensil / Niñas es una adaptación de la obra homónima,
producida también por Tanttaka Teatroa en 1996, escrita a partir del libro de
Andrés Sopeña Monsalve. Una continuación bien necesaria para que el espectador
del siglo XXI pueda hacerse una idea de la formación que que recibían las
españolas. Que era bastante asimétrica con de la que recibían los varones, dado
que Régimen e Iglesia (la católica, por supuesto) consideraban a las chicas unos
seres destinados casi en exclusiva a un matrimonio absolutamente patriarcal, en
el que ellas sólo habían de servir y satisfacer a sus maridos, procrear y perpetuar
así en sus hijos la (por llamarla de alguna forma) educación en las mismas
creencias que les habían sido impuestas. O grabadas a fuego a base de
repetición memorística y cantada de consignas tantas veces incomprendidas [1],
como con tanto y tan buen humor se denuncia desde el escenario desde el inicio
mismo de la obra.
De izquierda a derecha: Calo, Irureta, Astoreka, Lazkano y Beitia |
Para ser justos con su trabajo, no cabe hacer distingos en la excelente interpretación, tan coral, de las cinco actrices que protagonizan El florido pensil / Niñas. La direccción de Bernués y Gabilondo da un vivo ritmo a la función, que no decae en toda su duración. La escenografía de Edi Naudó da la imagen idónea de aquellas clases –aulas sería demasiado nombre- mates, oscuras y con olor a tinta barata, madera de lápices recién afilados, goma de borrar (Milán, se supone) y a manada infantil un puntico sudorosa.
Clases presididas por la extraña trinidad Foto de Franco-Crucifijo-Foto de
José Antonio, que coronaba todas las pizarras del reino. Porque no hay que
olvidar que España, además de “Unidad de destino en lo universal”, se
consideraba oficialmente un reino. Sin rey, sí; pero reino al fin y con
pizarras coronadas.
Niñas y pizarra coronada |
Y así, entre risas y sonrisas, transcurre una obra que cumple el
objetivo, cada vez más necesario, de recordar a quienes vivimos aquellos años cómo
era entonces la vida en general y la escolar en particular; de las niñas en
este caso. Y para mostrar parte de lo que era aquella España -de una vida gris
sobre el fondo azul mahón de las camisas de Falange- a quienes han nacido y estudiado
después de la dictadura. Jóvenes a la mayoría de los cuales, por poner un
ejemplo, lo que se dice en El florido
pensil / niñas sobre el quizá sólo les provoca
la risa o la sonrisa.
Imagen del Consultorio de Elena Francis |
O incluso personas que, pese a haber vivido aquellos tiempos, llegan a
considerar fuera de lugar el breve exordio –totalmente ad hoc- sobre violencia machista que se expone en la obra. Y que
bien necesario es cuando el mismo fin de semana de la representación se han
producido tres asesinatos más de mujeres por parte de sus parejas, exparejas o
aspirantes a pareja.
Llegados aquí, se hace necesaria una digresión: de 1947 a 1984, nada
menos que durante treinta y siete años, la radio española emitió un programa protagonizado
por un personaje ficticio que, por boca de diferentes locutoras a lo largo de
tanto tiempo, respondía a mujeres que pedían consejo sobre sus problemas. En
principio se llamó Consultorio de Belleza de Elena Francis, una inversión abreviada
del nombre (Francisca Elena Bes Calbet) de la dueña del laboratorio de cosmética [2]
que lo patrocinaba. Pero lo que en sus inicios era simplemente publicidad
disimulada del laboratorio de cosméticos evolucionó más tarde a consultorio “sentimental” y su
sintonía se convirtió en la música de fondo de muchos hogares españoles.
Soto Viñolo, entrevistado por Mercedes Milá |
A partir de entonces, sus consejos (que sólo años más tarde se descubrió
que los escribía un equipo de guionistas dirigido por el periodista y crítico
taurino Juan Soto Viñolo) fueron sobre la convivencia en el hogar. Pero como
casi siempre implicaban la relación hombre-mujer, tales consejos bien podrían
resumirse como “cuéntaselo a tu confesor y ten mucha paciencia y resignación
cristiana, hija”. Todo en la línea de la guía La
mujer ideal [3],
publicada en 1958 como parte del temario de la asignatura –sólo para chicas-
Economía Doméstica para el Bachillerato y el Magisterio, cuya autoría se
atribuye a Pilar
Primo de Rivera -hermana del fundador
de Falange Española, José Antonio [4]-.
Pilar Primo de Rivera pasando revista a un grupo de muchachas alemanas |
No deja de ser curioso reseñar que, pocos días antes de la función en el
Rosalía, saltaba en las redes sociales una noticia sobre la familia Primo de
Rivera: la inclusión
por el Ayuntamiento de Majadahonda (Madrid) en su programación cultural
navideña de la versión filmada de Mi
princesa roja, un musical sobre
la vida sentimental de José
Antonio y su posible amor prohibido con la esposa del Embajador de Rumanía.
Serrano Súñer entre un grupo de mandatarios alemanes |
Esta proyección coincide en el tiempo con la de la serie
de Telecinco Lo que escondían sus ojos,
que trata de otros amores prohibidos: los de Ramón
Serrano Súñer, que fue ministro en varios gobiernos de Franco. Una serie
“rosa” sobre “El Cuñadísimo” [5],
personaje
siniestro donde los haya dentro del régimen franquista, responsable del
internamiento y ejecución de miles
de españoles en Mauthausen, el campo de exterminio de Categoría III, la más
espeluznante incluso dentro del régimen nazi. Una más de muchas coincidencias
que, dado el rumbo que está tomando el mundo y no sin cierta dosis de razón,
tienen con la mosca detrás de la oreja a quienes no creen en la casualidad y sí
en la causalidad.
[1] Lo de “Imposible el alemán” por
“Impasible el ademán” hizo que se me saltaran las lágrimas, tanto por larisa como por la indignada
emoción de recordar el mismo error en mi impuesta participación en
los cantos fascistas–tan obligatorios como tremendamente eficaces, los jodíos- como alumno de mi cole.
[2] Para mujeres, claro. A los hombres ni se les ocurría que su piel pudiera –y
aun menos debiera- ser cuidada, incluso dejando aparte el qué dirán.
[3] Se ha divulgado por Internet un texto con este título,
con ilustraciones de una publicación mexicana, algunos de cuyos párrafos no se
corresponden con los imperativos de la moral católica preponderante. No es el
caso del último párrafo de ese texto, reproducido en el programa de mano de El Florido pensil / Niñas.
[4] Días antes de la función en el Rosalía saltaba en
las redes sociales la noticia de que el Ayuntamiento de Majadahonda (Madrid)
había incluido en su programación cultural navideña Mi princesa roja un musical sobre la vida sentimental de José
Antonio y sus supuestos amores prohibidos con la esposa del Embajador de Rumanía.
[5] Ramón Serrano Súñer se casó con Ramona Polo, hermana
de la esposa de Franco. Concuñado pues de éste, fue apodado “El Cuñadísimo”, en
referencia al poder que llegó a tener y como irónica alusión al título de
Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire que se autootorgó el
dictador y que tanto le gustó ostentar. Fue precisamente el descubrimiento de los amores e que trata la serie -con Sonsoles Icaza y de León, marquesa de Llanzol, al
parecer, entre otras muchas- lo que le hizo caer en desgracia ante Franco y
perder su gran influencia política.
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