La
guitarra ha conquistado las salas de concierto del mundo como ya hizo en Europa
en el s. XIX, cuando guitarristas- compositores como Fernando Sor (Muntades,
1778 - 1839) o Dionisio Aguado (Fuenlabrada, 1784 – 1849) la llevaros a las
cortes y salas de conciertos de todo el continente.
Tras
décadas de olvido, la guitarra se ha consolidado como instrumento, en buena
medida gracias a la actividad concertística de Andrés Segovia (Linares, 1893 -
Madrid, 1987) y de la obra guitarrística escrita por otra figura capital en
esta “resurrección”: Joaquín Rodrigo (Sagunto, 1901 – Madrid. 1999). Su Concierto de Aranjuez, de cuyo estreno celebramos gozosamente este año su 75º aniversario, invadió
gozosamente el mundo las últimas décadas del s. XX, cuando legiones de músicos
de todos los géneros se lanzaron a versionar y grabar su segundo movimiento.
La guitarra clásica se estudia hoy en cualquier conservatorio, lo que hace que hoy haya grandes guitarristas de cualquier nacionalidad. El dúo Katona Twins esta formado por dos hermanos, Peter y Zoltan, cuya formación clásica les ha proporcionado un completo dominio del instrumento, que junto a su sentido del espectáculo los impulsa a traspasar (o casi a pasar de) fronteras estilísticas. En el concierto del domingo 6 de marzo en la Iglesia de Santa María Nai afrontaron un extenso programa. Desde la Chacona en sol mayor, HWV 435 de Haendel a obras propias , pasando por Astor Piazzola, Issac Albéniz o Enrique Granados.
La guitarra clásica se estudia hoy en cualquier conservatorio, lo que hace que hoy haya grandes guitarristas de cualquier nacionalidad. El dúo Katona Twins esta formado por dos hermanos, Peter y Zoltan, cuya formación clásica les ha proporcionado un completo dominio del instrumento, que junto a su sentido del espectáculo los impulsa a traspasar (o casi a pasar de) fronteras estilísticas. En el concierto del domingo 6 de marzo en la Iglesia de Santa María Nai afrontaron un extenso programa. Desde la Chacona en sol mayor, HWV 435 de Haendel a obras propias , pasando por Astor Piazzola, Issac Albéniz o Enrique Granados.
El maestro Joaquín Rodrigo |
Y
Joaquín Rodrigo. Nuestro compositor más universal fue el eje del repertorio
elegido por los hermanos Katona con un total de siete obras que, como todas las
suyas para guitarra, son un prodigio de adecuación al instrumento. Vamos, eso
que ahora, con el abuso de los anglicismos tan en boga, se ha dado en llamar
obras muy “idiomáticas”.
Mi vaso es pequeño, pero bebo
en mi vaso
Esta
frase de Rodrigo –o al menos a él se le atribuye- define muy bien su carácter y,
en buena medida, el de sus composiciones. La personalidad de sus obras, siempre
al margen de cualquier “ismo”, es inconfundible. El inmenso éxito del Concierto de Aranjuez ha sido el árbol,
gigantesco como una secuoya, que ha tapado a algunos la visión del grande y
variado bosque que supone el resto de su creacción, en la que la guitarra tiene
una parte importante.
Los Katona
Twins destacaron el aire elegíaco de la Sonata
del adiós, el carácter chispeante (tan rodriguiano- de la Serenata española y la sensación casi
visual de ondulación que se puede sentir escuchando la Danza de la amapola. En la segunda, circularon por la música de la Tonadilla
, Allegro ma non troppo, la gracia
del Minueto pomposo y las escalas tan
personales del maestro saguntino hasta el Allegro
vivace con que firmaron su
interpretación. Fue seguramente la de las obras de Rodrigo la más ortodoxa del
concierto; la presencia en Santa María Nai de la hija del compositor, Cecilia
Rodrigo, añadió un plus de afecto al homenaje
El
resto del concierto, los hermanos Katona tocaron una bonita composición de Peter
titulada Los hermanos Karamazov. En
ella se suceden una serie de secciones entre las que suenan ecos de esa
preciosa obra anteriormente conocida como Adagio
de Albinoni y actualmente atribuida al musicólogo italiano Remo Giazotto (Roma,
1910 – Pisa, 1998). También, arreglos del dúo sobre obras ajenas que dotan a
sus actuaciones de una especie de eclecticismo estilístico. Y que lleva al dúo
a versiones tan curiosas como la de Asturias
de Albéniz, con una introducción de cosecha propia -de los Katona, no de don
Isaac- y un acompañamiento de percusión alternante sobre ambas guitarras.
Piazzolla
tuvo el aroma a bar porteño de sus staccati
a contratiempo y un aire de nostálgica melancolía impregnando sus secciones
lentas. El carácter del clavecín de Domenico Scarlatti brilló en la limpieza de
la ejecución por los hermanos de su Sonata
en do menor. Como final del concierto, Scarlatti’s
metamorphosis, unas variaciones de los hermanos sobre un tema del autor
italiano que tienen la eficacia conclusiva de un rondó de Haydn y que fueron
escritas e interpretadas a su personalísima forma y costumbre.
Ante
la gran ovación y bravos del público, los hermanos Katona -residentes en
Liverpool- respondieron con un bis dedicado a los Beatles, a quienes
homenajearon con una versión de Come
together que desató el entusiasmo final del auditorio de Santa María Nai.
Fantástico!¡ Y, escucharla en directo, eso si que es otra historia. Te transporta!¡
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